Hijo de Lula, ligado a sobornos de 1.45 mdd para Olimpiadas
Fotos AP
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva se ha visto salpicado en escándalos de corrupción, fraude y tráfico de influencias, que ahora también apuntan a su hijo Luiz Claudio, que está en la mira de la justicia brasileña.
Luis Claudio da Silva, hijo del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, declaró la semana pasada ante la policía en el marco de una investigación para esclarecer si una de sus empresas participó en una trama de corrupción gubernamental que suma 1.45 millones de dólares.
Da Silva, quien se dedica a dar clases de entrenamiento físico, rindió su declaración ante la Policía Federal en Brasilia sobre las actividades de una de las empresas de la que es socio –LFT Marketing Esportivo- y su vinculación con otras dos compañías, Marcondes y Mautoni, que las autoridades sospechan fueron usadas para realizar pagos ilícitos.
La firma LFT Marketing Esportivo es sospechosa de haber recibido al menos medio millón de dólares en pagos procedentes de empresas que cabildean para compañías automotrices con el objetivo de "comprar" normativas provisionales aprobadas por el gobierno para estimular el sector por medio de la exención de impuestos.
La Operación Zelotes, lanzada por la policía, trata de esclarecer si hay vínculos entre los pagos y la aprobación de las normativas temporales por parte del gobierno del presidente Lula da Silva en su segundo mandato y durante el primero de Dilma Rousseff.
La semana pasada, la policía registró la oficina de la empresa de Luis Claudio da Silva, y la hacienda brasileña recomendó al Ministerio Público que permita romper el sigilo bancario de la compañía –que teóricamente se dedica al marketing vinculado con el mundo del futbol- para esclarecer de dónde proceden sus ingresos.
No obstante, el aparato político de Brasil favorece al hijo del líder del Partido de los Trabajadores.
El viernes pasado, una comisión del Senado brasileño que investiga delitos tributarios rechazó una petición de legisladores opositores para convocar a interrogatorio y levantar el secreto bancario del acusado.
La petición del senador Ataídes Oliveira, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), fue rechazada por unanimidad por los miembros de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) creada por el Senado para investigar irregularidades tributarias.
"Estamos ante peticiones cuyo objetivo es meramente político. Esas peticiones no tienen ningún vínculo con lo que investiga esta comisión", afirmó la senadora Vanessa Grazziotin, del oficialista Partido Comunista do Brasil. Además, en julio pasado la fiscalía del país sudamericano inició una investigación penal contra Lula por supuestamente haberse valido de su influencia, para hacer que el banco de fomento del gobierno favoreciera a la constructora Odebrecht en negocios en países latinoamericanos y africanos. Incluso el exmandatario ha sido vinculado con la red de corrupción de la petrolera Petrobras.
Durante su comparecencia la semana pasada, Luiz Claudio da Silva detalló que realizó labores de cabildeo y consultoría para empresas relacionadas con los juegos Olímpicos de 2016 y el Mundial de 2014.
Operación limpieza
Estrategia del gobierno para detectar el entramado.
En abril pasado, la Policía Federal de Brasil anunció la existencia de una red de empresas que sobornaban a funcionarios de Hacienda para no pagar impuestos.
Esto es parte de la Operación Zelotes, que lanzó el gobierno para detectar irregularidades con el Ministerio de Hacienda del país sudamericano.
Ven caída del populismo en Latinoamérica
La izquierda populista que ha gobernado en varios países de Sudamérica enfrenta una grave caída de popularidad ante sus pobres resultados económicos y los escándalos de corrupción, advirtió el internacionalista Emilio Figueredo.
El experto estimó que "se nota un evidente desgaste" entre los gobiernos sudamericanos agrupados en el Foro de Sao Paulo, formado en los años 80 por agrupaciones de izquierda que han dejado resultados "mediocres" en sus países.
"La situación ha demostrado que estos gobiernos de la izquierda populista no solamente han aplicado políticas erradas, sino que el signo que los ha identificado a todos es una inmensa corrupción administrativa", dijo.
Figueredo aseguró que la caída de la popularidad por debajo del 20 por ciento de los presidente de Venezuela y Brasil, Nicolás Maduro y Dilma Rousseff, en forma respectiva, sirven como ejemplo del declive de la izquierda "populista".
El especialista en Derecho Internacional contrastó el pobre desempeño de las economías bajo la izquierda populista como Brasil, Argentina o Venezuela, con el de países con economías inclinadas hacia el mercado como México, Colombia, Perú o Panamá.
Mientras el segundo grupo logró mayores tasas de crecimiento y reducción de la pobreza, los países con políticas populistas han enfrentado un estancamiento económico y mayor inflación, abundó el internacionalista.
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