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'Ya hemos sufrido inundaciones en Nayarit, pero nunca una como ésta'

Nadie pensó que Tuxpan se convertiría en el lugar más afectado de Nayarit tras el golpe del huracán "Willa" por el norte de las costas del estado, a más de 80 kilómetros de distancia. En este municipio se registró el único deceso hasta ahora reportado y miles de familias lo han perdido todo tras el desbordamiento del río San Pedro.

A las 07:30 horas de este jueves, la Policía Municipal recibió el reporte de que una persona murió ahogada, se trata de Moisés Landa Rivas, de 77 años.

En esta ciudad no se preveían mayores afectaciones por el fenómeno meteorológico, pero sus habitantes prácticamente fueron sorprendidos por la intempestiva crecida del río que derribó el bordo que protege al pueblo en las partes bajas e inundó la mitad de éste.

Miles de personas han perdido todas sus pertenencias en este municipio, donde la ayuda ha llegado a cuentagotas debido a que los esfuerzos de las autoridades se concentraron en los ayuntamientos de Acaponeta y Tecuala, en los límites con Sinaloa, donde golpeó el huracán.

El gobernador Antonio Echevarría estimó que hay más de 150 mil damnificados en todo el estado y reconoció que no se tiene la capacidad para atender esta contingencia, por lo que pidió apoyo a otros estados.

En la esquina de las calles Hidalgo y Justo Sierra, Ramón Alonso López Calvillo, hijo de un famoso peleador de la región a mediados del siglo pasado, intenta salvar las fotos de su familia: "Lo material como sea, pero los recuerdos no los vamos a perder".

Relata lo que ocurrió: "Desde unos tres días antes nos dijeron que había riesgo, ya hemos sufrido inundaciones aquí, pero nunca una como ésta, en media hora todo se inundó".

Como él y su familia, la mayoría de la gente se refugió en segundos pisos y azoteas y permanecieron ahí más de 18 horas hasta que el agua bajó.

A unas cuadras de su casa, por la calle Centenario, Arnulfo Jiménez pelea con el lodo que se aferra a todas las esquinas de su casa y sus cosas, por esa calle entró un caudal que levantó la calle 5 y derribó una casa.

Arnulfo siembra jícama, frijol y estevia, pero asegura que con tanta agua las tierras no sirven y el periodo de siembra se retrasará; "las afectaciones no sólo tienen que ver con lo que está dentro de las casas", dice.

Afuera de un Oxxo dos policías estatales resguardan la entrada con los cristales rotos porque varias personas se han metido a saquearlo; tienen los ojos enrojecidos porque no han dormido en más de 24 horas.

"Mire, lo peor es que se meten a robar celulares, cables y cigarros, ni siquiera comida o agua, que es lo que ahorita está faltando por todos lados", dice uno de ellos mientras mira por la ventana y se saborea con la mirada las tortas de los estantes porque no ha comido hace tres días, vive de agua café y algunas galletas.

Muy cerca, por la calle Justo Sierra, una mujer despotrica contra los medios y autoridades: "Ándenle, tomen fotos para decir que aquí todo está bien y que el gobierno está trabajando"; un hombre que pone sus muebles al sol la secunda: "Díganles que ni pidan recursos del Fonden, porque esos nomás enriquecen a unos, y con la despensa y la colchoneta que dan no nos recuperamos".

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