James Bond regresa a la oscuridad en Spectre
Foto: Especial
No cabe duda que el paso de Daniel Craig como el célebre agente secreto creado por Ian Fleming, ha sido más que brillante. Luego de la etapa de Pierce Brosnan –que bien podría ser considerada como de transición– integrada por películas un tanto intrascendentes, salvo Otro día para morir, que con acierto llevó al limite las convenciones del personaje, de la mano de directores de la talla de Martin Campbell, ha protagonizado no sólo dos de las mejores películas de la franquicia, si no la que fue considerada dentro de lo mejor del año de su estreno.
Por supuesto, nos referimos a Skyfall, antecedente directo de la que hoy nos ocupa, razón por la cual su llegada a las pantallas está rodeada de las más altas expectativas ¿Qué si corresponde a ellas? Ciertamente no, sin embargo tampoco desmerece en lo más mínimo. Y es que a pesar de que adolece de cierta estructura, abusa de ciertos giros de tuerca y no posee la elocuencia de su predecesora, la trama fluye sin contratiempos, tiene un inicio inmejorable y un desarrollo trepidante, además de que mantiene ese toque sofisticado necesario, pero sobre todo, consolida la reinvención de la saga, esa que se empezó a fraguarse desde la llegada de Craig, y que encontró su mejor momento, en la ya mencionada Skyfall.
En los controles repite Sam Mendes, quien apuesta por un tono más oscuro, presentando un James Bond de patología compleja, algo sádico a veces y mucho más cercano al clásico. El guión es obra de John Logan, Neal Purvis y Robert Wade, está lleno de referencias al universo creado con ya 24 películas y lleva la aventura a distintas ciudades del mundo, dando pie para que en el camino aparezcan viejos enemigos.
En cuanto al reparto, destaca Monica Bellucci, quien pareciera haber nacido para ser una chica Bond: su interpretación es precisa y matizada, con una sensualidad y elegancia intrínseca. Por su parte Christoph Waltz, sin entregar algo muy diferente a lo que ya se le ha visto, se desempeña discreto pero eficaz, meticuloso como suele ser. Mención aparte merece Dave Bautista, quien contrario a lo que se pudiera pensar –tomando en cuenta que es un luchador convertido en actor–, cumple como villano convincente, dando réplica a su trabajo en la estupenda Guardianes de la galaxia.
En resumen Spectre, queda un tanto lejos de Skyfall, pero aún así resulta un digna continuación de la saga, capaz de satisfacer tanto a los viejos fans, como a los nuevos, y de ofrecer un buen vehículo de entretenimiento para el público en general, justificando como espectáculo, lo enorme de su presupuesto.
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