Estériles los llamados a parar la violencia: arzobispo de Acapulco
Agencia SINCOMPU-Acapulco, Gro. 24 de julio de 2011.-El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos lamentó que los llamados que ha hecho a quienes generan violencia para terminar con la ola criminal, "han resultado estériles", pero aseguró que eso constituye para él, como jerarca religioso, un desafío para seguir promoviendo la paz en Guerrero.
En conferencia de prensa, al término de la homilía dominical, el prelado católico consideró que la Policía federal, el Ejército y la Marina han hecho esfuerzos que han sido benéficos, pero no suficientes para que los delincuentes se detengan, puesto que siguen cometiendo asesinatos cada vez con mayor crueldad.
Señaló que "es lamentable que la violencia desatada en Acapulco ya esté pasando a fases de mayor riesgo al tocar hasta ahora a nuestros visitantes y seguir afectando a mucha gente inocente".
Dijo que hay preocupación entre las diversas instituciones gubernamentales y empresariales por la grave amenaza que pesa sobre el pueblo, sobre todo porque Acapulco es un puerto que vive del turismo.
Reiteró que lamentablemente "los llamados que ha hecho a quienes generan la violencia han resultado estériles, mientras que a las autoridades, a la sociedad, a los medios de comunicación y a todos en general nos está resultando muy difícil abordar el tema de manera positiva y propositiva".
Cuestionado respecto a las continuas manifestaciones de violencia, el jerarca religioso externó que se siente desafiado a seguir buscando la forma de poder tocar el corazón de las personas que están generando violencia, por lo que consideró que su misión es construir la paz y asumir como obispo el llamado para ser mensajero de paz.
(Esta información se encuentra protegida por los derechos del autor por lo que se prohibe hacer una copia de la misma sin el consentimiento de la empresa)
En conferencia de prensa, al término de la homilía dominical, el prelado católico consideró que la Policía federal, el Ejército y la Marina han hecho esfuerzos que han sido benéficos, pero no suficientes para que los delincuentes se detengan, puesto que siguen cometiendo asesinatos cada vez con mayor crueldad.
Señaló que "es lamentable que la violencia desatada en Acapulco ya esté pasando a fases de mayor riesgo al tocar hasta ahora a nuestros visitantes y seguir afectando a mucha gente inocente".
Dijo que hay preocupación entre las diversas instituciones gubernamentales y empresariales por la grave amenaza que pesa sobre el pueblo, sobre todo porque Acapulco es un puerto que vive del turismo.
Reiteró que lamentablemente "los llamados que ha hecho a quienes generan la violencia han resultado estériles, mientras que a las autoridades, a la sociedad, a los medios de comunicación y a todos en general nos está resultando muy difícil abordar el tema de manera positiva y propositiva".
Cuestionado respecto a las continuas manifestaciones de violencia, el jerarca religioso externó que se siente desafiado a seguir buscando la forma de poder tocar el corazón de las personas que están generando violencia, por lo que consideró que su misión es construir la paz y asumir como obispo el llamado para ser mensajero de paz.
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