Revela Zeferino que comenzaron las deslealtades en su gobierno
Marcial Campuzano-SINCOMPU-Chilpancingo, Gro. 8 de diciembre de 2010.-En un evento con presencia cien por ciento priísta, el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo reveló que comenzaron las deslealtades en su gobierno por el fin del sexenio, y que está conociendo a sus verdaderos amigos, sin ocultar que se siente frustrado, traicionado y hasta poco reconocido.
Y con un discurso diametralmente opuesto al que suele pronunciar en comunidades y ciudades en giras de trabajo en las que arremete contra los gobiernos priístas, ahora reconoció que el Guerrero que vivimos “es resultado de esfuerzos de otros gobiernos en otros tiempos y en otras circunstancias”, y señaló que nunca buscó juzgar al gobierno de René Juárez Cisneros ni a los anteriores, cuando en sus giras de trabajo nunca dejó de mencionar que los gobiernos priístas no favorecieron el desarrollo de esta entidad, y los tildó y sigue tildando de caciques incrustados en el poder.
El gobernador en turno asistió este miércoles como invitado especial a la develación del retrato del ex gobernador René Juárez Cisneros en la Sala de los Gobernadores del Museo Regional de Historia de la capital del estado, cuyas escasas butacas fueron abarrotadas por priístas encabezados por el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer y el líder estatal del PRI, Efrén Leyva, y por quienes fueran los miembros del gabinete renejuarista.
Torreblanca Galindo dijo estar convencido que Guerrero no inició en abril del 2005, fecha en que arribó a la gubernatura del estado, “Guerrero es el resultado de los esfuerzos que han hecho quienes han gobernado nuestro querido estado con los signos de los tiempos, con sus circunstancias, pero finalmente gobernantes de los tiempos y de los momentos que nos tocó vivir”.
Zaferino Torreblanca reconoció que es difícil gobernar el estado de Guerrero, “pero es gratificante el haber puesto su mejor esfuerzo para culminar en acciones a favor de la población”.
Desde su punto de vista, expuso que la política sirve para unir, “sirve para fortalecer coincidencias y para hacer a un lado las discrepancias, pero también estoy cierto que mi presencia más allá de la amistad que hemos hecho usted y yo, vengo en mi calidad de representante de los guerrerenses, y decirle que al igual que usted me despojé de mis intereses partidarios para ver el interés colectivo de los guerrerenses”.
Y agregó: “Nunca regatee mi convicción, como seguramente usted lo hizo, para tratar de que mis acciones y políticas públicas, tratáramos de revertir las condiciones de atraso y marginación que tiene nuestro estado de Guerrero”.
Ante los miembros de la clase política priísta quienes a ratos intercambiaban miradas y gestos, Zeferino Torreblanca dijo que nunca buscó juzgar al gobierno de René Juárez Cisneros ni de otros gobernadores priístas, “lo que sí hice fue comparar porque me parece que en los momentos de cada uno de nosotros es conveniente saber qué pudimos y qué no pudimos hacer, en qué superamos a los otros gobiernos, pero también lo que no pudimos superar y qué seguimos de los otros gobiernos de manera institucional”.
Reconoció y aceptó que al finalizar los gobiernos “las lealtades palidecen y se conocen los verdaderos amigos, y uno muchas veces se siente frustrado, se siente a veces hasta traicionado, se siente uno poco reconocido, y eso solamente lo entendemos quienes tenemos el privilegio de ser gobernador, son muchas las cargas, pero también muchos los reconocimientos, lo gratificante, el aprendizaje diario de esta gente digna de nuestro estado de Guerrero”.
Dijo estar cierto y tener bien identificado cuáles son las lealtades efímeras, y cuáles son las lealtades para siempre, “y yo creo que lo más importantes es que en el ejercicio de nuestra responsabilidad el pueblo sea el que nos juzgue y la historia sea quien diga qué hicimos bien y qué nos faltó por hacer”.
A escasos cuatro meses y medio de que concluya su gobierno, Zeferino Torreblanca dijo que se siente bien porque puso su mejor esfuerzo “para gobernar este difícil estado”.