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Enrique Peña Nieto da su último Grito

Ante una Plaza de la Constitución llena y en calma, el presidente Enrique Peña Nieto encabezó, desde el balcón central de Palacio Nacional, la ceremonia por el 208 Aniversario de la Independencia.

Fue una ceremonia especial por tratarse de su último "Grito" en el que se ajustó a la tradicional arenga, pero en el que también agradeció a los asistentes ubicados abajo del balcón central con un "corazón" formado con sus manos.

Antes de las 23:00 horas, el mandatario salió de su despacho con la Banda Presidencial en el pecho y, acompañado por la primera dama Angélica Rivera.

Al presentarse ante miles de personas que colmaron el Zócalo, el mandatario hizo sonar la mítica Campana de Dolores en siete ocasiones, luego arengó: "¡Mexicanos, vivan los héroes que nos dieron patria y libertad, viva Hidalgo, viva Morelos, viva Josefa Ortiz de Domínguez, viva Allende, viva Aldama, vivan Galeana y Matamoros, viva Guerrero, viva la Independencia nacional, viva México, viva México, viva México!".

EL ÚLTIMO GRITO DEL PRI

Hasta el último Grito el priismo no deja de ser priismo. Lleva a sus acarreados al Zócalo, los baja de sus camiones, les da sus lonches y estickers que les dan paso directo hasta lo más cerca que puedan aplaudirle al Presidente Enrique Peña Nieto, felicitarlo, despedirlo como no se lo merece.

Si esta es la noche de los símbolos mexicanos, ahí están los acarreados, algún día a lo mejor van a incluirlos en la lotería, junto al balero.

"Apúrale, no te juntes con la chusma", bromea una señora de Ecatepec. Camina por la calle de Guatemala con su grupo. Algunos con gorras rojas de la campaña del gobernador mexiquense Alfredo del Mazo. Doblan a la derecha y se plantan frente a Palacio Nacional, a la espera de comenzar con los aplausos.

"Los 300 pesos nos los van a dar cuando regresemos a los camiones", dice un hombre.

Los de Aculco dicen que nada. Ni un peso.

"Nada más vinimos por nuestra propia fe, somos priistas toda la vida y hay que despedir al Presidente", afirma una mujer con sudadera verde, roja y blanca de su peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe.

De 19.2 millones de votos con que ganó Peña Nieto en 2012, a 9.2 millones de José Antonio Meade en julio. De tener la Presidencia, a traspasarla tersamente. De 207 diputados federales, a 47. En julio el entonces presidente tricolor, René Juárez, afirmó que ni para los salarios tenían. Juárez pasó a cobrar a la Cámara de Diputados, pero algunos priistas acarreados para el último grito de Peña Nieto podrían quedarse sin pago. Y otros temen lo peor.

"Si no pagan al rato, como ya se van del Gobierno, pues ya nos chingaron", dice Antonio González, de Ecatepec.

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