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Brasil estudia limitar entrada a venezolanos

El presidente de Brasil, Michel Temer, afirmó ayer que el Gobierno evalúa limitar la entrada de inmigrantes venezolanos al país, pero negó el cierre de la frontera con Venezuela, un día después de movilizar a las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en la región.

El gobernante indicó en una entrevista a la Radio Jornal que tal vez sería necesario controlar el flujo migratorio que soporta Roraima, estado brasileño fronterizo con Venezuela y uno de los más pobres de Brasil, con objeto de ofrecer una mejor atención a lo que llegan.

"Otra medida que tal vez tenga que ser adoptada y de la que conversamos ayer es la posibilidad de distribuir turnos para que entren por día unas 100, 150 o 200 personas y organizar un poco más esas entradas", expresó Temer, cuyo mandato expira el próximo 1 de enero de 2019.

No obstante, la Secretaría de la Comunicación Social de la Presidencia aclaró después en una nota oficial que esa "posibilidad" manifestada por el mandatario no puede ser confundida, en "ninguna hipótesis", "con el cierre a la entrada" de ciudadanos de la nación caribeña.

Los comentarios de Temer llegan un día después de que firmara un decreto en el que autorizó el uso de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en la frontera con Venezuela, escenario, hace unos diez días, de actos vandálicos de parte de la población local contra campamentos de inmigrantes venezolanos.

En esas protestas violentas, los vecinos de la localidad de Pacaraima, en el estado de Roraima y único paso fronterizo entre Brasil y Venezuela, quemaron tiendas de campaña y objetos personales de algunos inmigrantes venezolanos.

El Ejército ya estaba presente en Roraima al actuar como uno de los coordinadores de la "Operación Acogida", de carácter humanitario y que atiende a los venezolanos que huyen de la crisis política, económica y social de su país y piden residencia o refugio en Brasil.

Sin embargo, con el nuevo decreto que se extenderá hasta el 12 de septiembre, con la posibilidad de prorrogarlo, las Fuerzas Armadas podrán actuar también en operativos relacionadas con la seguridad.

La tensión vivida en Pacaraima provocó que al menos 1.200 venezolanos decidieran regresar a su país y que el Gobierno brasileño reforzarse las medidas humanitarias ya puestas en marchas meses atrás.

Las autoridades brasileñas estiman que desde 2017 han ingresado al país cerca de 130.000 venezolanos, si bien un 60-70 % ya han abandonado el territorio nacional.

Temer afirmó que el éxodo de venezolanos podría ser reducido si el presidente Nicolás Maduro aceptara la ayuda humanitaria ofrecida por Brasil.

Según el presidente, Brasil ofreció hace más de un año alimentos y medicinas para distribuir a la población venezolana y detener el flujo migratorio pero el Gobierno de Maduro los rechazó.

El éxodo de venezolanos, que afecta de manera más notable a otros países de Latinoamérica como Colombia o Perú, ha aumentado en los últimos meses en Brasil, donde "actualmente entran entre 700 y 800 venezolanos por día", según Temer.

La mayoría de aquellos que decidieron quedarse en Brasil se han establecido en Roraima, donde el Ejecutivo ha construido una decena de abrigos y ha desplegado esa operación humanitaria.

También ha impulsado el llamado "proceso de interiorización" a través del cual los traslada a otras ciudades del país para facilitar su integración y disminuir la presión sobre Roraima, cuyos servicios públicos se han visto desbordados.

Sin embargo, el Gobierno regional de Roraima considera estas medidas insuficientes y ha solicitado en repetidas ocasiones el cierre temporal de la frontera, medida negada con anterioridad por la Justicia y rechazada hoy de nuevo por el Ejecutivo.

La crisis migratoria en Roraima se produce además en plena campaña electoral de cara a las elecciones del próximo 7 de octubre en las que se elegirá nuevo presidente, gobernadores y se renovarán parte de las Cámaras legislativas.

La posibilidad de distribuir turnos para limitar la entrada de venezolanos a Brasil fue sugerida por el senador Romero Jucá, un importante aliado y correligionario de Temer, que intentará la reelección, pero al que los sondeos no le dan muchas esperanzas de victoria.

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