Anaya incumple… otra vez
Lo verdaderamente digno de mencionar es la valerosa postura del exjefe nacional partidista, el traicionado Gustavo Madero que, en una valiente y claridosa intervención, sin más, externó su malestar.
Enterados, vía los medios primero, de la designación del morelense Javier Bolaños y —“¡feliz coincidencia!...”— de la queretana Guadalupe Munguía para asumir, seis meses cada uno, la presidencia de la Cámara de Diputados a partir de septiembre, la inconformidad y molestia de los integrantes de la bancada de Acción Nacional reunidos en Morelos creció ayer en tal forma que, previo el receso para tomar los alimentos, debiendo interrumpir incluso la exposición que entonces hacía el economista Luis Pazos, estalló (literalmente) en un enfrentamiento entre media docena de ellos y el gris-gris Marko Cortés, obligado a intentar, sin conseguirlo, explicar y justificar a sus coordinados(¿?) una decisión avalada por su jefe, el (aún) políticamente imberbe Ricardo Anaya.
Es verdad que, más que el fondo de la decisión —“aunque no faltó quien destacara el bajo perfil de los nominados…”— el malestar de los diputados azules surgió como respuesta a la forma en que se procesó el asunto y la manera en que —“de manera unilateral, sólo entre ellos…”— coordinador y dirigente en funciones asumieron una decisión que, dijeron, bien podrían haber sido producto del consenso o, incluso, de una auscultación seria entre quienes integran la bancada.
Más allá de lo anterior, lo verdaderamente digno de mencionar es la valerosa postura del exjefe nacional partidista, el traicionado Gustavo Madero que, en una valiente y claridosa intervención, sin más, externó su malestar e íntima convicción de que “(Ricardo) Anaya y quienes con él encabezan el partido, no cumplen su palabra…” pues, recordó entonces, “así como al inicio de esta Legislatura me ofrecieron, el propio dirigente, ser coordinador del grupo parlamentario y luego incumplió, ahora, tras ofrecerme ser propuesto para presidir la Cámara, vuelve a incumplir…”.
En su oportunidad, el poblano Eukid Castañón, fiel a la causa del morenovallismo, no sólo apoyó afirmaciones del chihuahuense sino que, con él, repitió imputaciones tales como que, la selección de los citados evidenciaba la falta de generosidad y egoísmo del dirigente que, dijo, pareciera no querer que nadie le haga sombra… (en la carrera por la candidatura presidencial de 2018, se entiende) y externó su molestia y temor por el impacto que decisiones como la que nos ocupa pudieran tener en la unidad del partido…
Luego, entre gritos y no escasos reclamos a mantener la calma y a evitar filtrar a los medios lo que ahí ocurría, el plurinominal guanajuatense Miguel Salim colocó, ahora sí que la cereza del pastel al mencionar que, él personalmente había financiado la campaña de Anaya a la dirigencia en esa entidad y que, pese a ello, luego de casi diez meses de buscar un encuentro con el queretano, sus reclamos y solicitudes habían sido ignoradas.
Difícil reunión ésta que, otra vez, terminará en medio de la polémica y la confrontación…
