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El asesinato de Armando Chavarría, dos años sin resolver

*El expediente del Caso Chavarría, continúa extraviado *No habrá anuncios espectaculares sobre avances en la investigación
*El apellido Chavarría sigue pesando en la política, dice su hijo
Agencia SINCOMPU-Chilpancingo, Gro. 15 de agosto de 2011.-Al político perredista Armando Chavarría Barrera lo asesinaron de 10 balazos la mañana del 20 de agosto del 2009. Siete días después cumpliría 53 años y aprovecharía el festejo de su cumpleaños para destaparse como precandidato del PRD a la gubernatura de Guerrero, que se renovaría el 30 de enero del 2011. Era entonces presidente de la Comisión de Gobierno del Poder Legislativo.

A punto de cumplirse dos años del asesinato que cimbró a la clase política del estado, y en particular a la perredista, el crimen permanece impune, entrampado jurídica y políticamente.

Su hijo, Osvaldo Chavarría Obeso, regidor con licencia y funcionario de la Secretaría de Desarrollo Rural, advierte que la familia seguirá exigiendo justicia, porque es la mejor forma de honrar la memoria del malogrado político, y que no utilizará el apellido “Chavarría”, que sigue pesando en la sociedad y en el PRD, para pelear espacios de poder.

El crimen

Era un jueves que difícilmente podrá borrarse de la memoria de sus familiares y amigos. Pese a la temporada de lluvias, el día pintaba para ser soleado, bonito como dice la gente. Poco antes de las 7 de la mañana, Armando Chavarría se disponía a acudir al gimnasio, en el centro de Chilpancingo. Había abordado su automóvil Bora Sport color gris, cuando por lo menos dos sicarios que lo esperaban afuera de su domicilio, en calle Orlo del fraccionamiento Lomas Diamante, al sur de la ciudad, le dispararon 14 balazos de pistola 9 milímetros, solamente diez de ellos hicieron blanco en la humanidad del político, uno en la frente.

La gráfica donde Chavarría aparece vestido con ropa deportiva color azul marino, recargado del lado del copiloto en su unidad móvil, con un balazo alojado en el cráneo, quedaría para la posteridad como un símbolo claro de la violencia que azota a la entidad.

Chavarría había sido Secretario General de Gobierno en el sexenio del ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, durante el periodo del 1 de abril del 2005 al 5 de mayo del 2008. Cuando fue asesinado, era Procurador general de Justicia de la entidad el abogado Eduardo Murueta Urrutia, que días después renunciaría al cargo.

Expediente perdido

A la llegada del gobierno de Ángel Aguirre Rivero, el procurador Alberto López Rosas, reveló que el expediente de las investigaciones del Caso Chavarría había sido extraviado, por lo cual la administración estatal se encuentra imposibilitada para proporcionar un balance sobre el caso.

En los últimos días, el fiscal ha dicho que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) investiga a un ex servidor público de esa instancia por su presunta responsabilidad en la desaparición del expediente, pero no dio más detalles.

Al respecto, el presidente de la Comisión especial del Congreso para dar seguimiento a las investigaciones del Caso Chavarría, el perredista Catalino Duarte Ortuño (uno de los más cercanos a Chavarría Barrera), señaló que si la Procuraduría tiene información de quién sustrajo el expediente debe proceder y castigarlo legalmente.

Tampoco habrá por parte del gobierno “anuncios espectaculares” al cumplirse los dos años del crimen, solo por quedar bien con la clase política que exige resultados a la brevedad.

Impunidad, el golpe más duro

Hoy, a dos años del asesinato, Osvaldo Chavarría Obeso, hijo mayor del diputado asesinado, comparte en una entrevista con este medio, que si ha sido difícil enfrentar la situación legal que originó el asesinato de su padre, en lo personal ha sido “el golpe más duro que como familia hemos recibido”.

Aunado a ello, han tenido que enfrentar una pésima procuración de justicia, cuyas versiones –desde que Albertico Guinto Sierra relevó a Murueta en la procuraduría- han tratado de confundir a la opinión pública.

“Nos han dicho desde aquellas mentiras tan infames del ex gobernador Zeferino Torreblanca de que había un 90 y tanto por ciento de avances en la investigación, y que al final resultó otra de sus infamias, hasta este procurador actual –Alberto López Rosas- que para nosotros ha sido muy difícil darle el beneficio de la duda porque son muchas cortinas de humo, promesas que se han dicho sobre la investigación y no se han cumplido”, relató.

Osvaldo Chavarría afirmó que la familia Chavarría Obeso, encabezada por su madre, Martha Obeso viuda de Chavarría, y sus hermanos Inti Armando y Omar, exige “claridad y certeza en que las investigaciones se estén realizando bien”.

Señaló que la impunidad de este crimen confirma que en Guerrero no hay respeto a la vida misma, y que el asesinato de su padre cobró relevancia porque era presidente del poder Legislativo y estaba en la antesala de la gubernatura del estado.

“Entonces, si eso pasa con una persona que está en los reflectores, ¿qué no pasará con otras personas que fácilmente callan su exigencia de justicia?”.

Mencionó que la preocupa que el procurador López Rosas diga que comienza una investigación de cero, porque si es así tendría que fincar responsabilidades a quienes en su momento tuvieron en sus manos el Caso Chavarría y no hicieron nada.

“Porque no se vale que se termine un sexenio y todos los casos empiecen desde cero, porque se confirmaría que todo fue un montaje y que el ex gobernador (Torreblanca) tuvo las manos metidas en esto”. De hecho, la familia ha acusado al ex mandatario de ser el responsable del crimen.

El apellido Chavarría pesa

En la entrevista se le preguntó a Osvaldo Chavarría si el apellido de su padre sigue pesando en la sociedad y al interior del Partido de la Revolución Democrática.

“Decía mi padre que en política no hay enemigos, sino adversarios. Con los tiempos de ahora me atrevería a pensar que sí hay enemigos en la política, y también me atrevo a decir que para bien de muchos y mal de otros, el apellido Chavarría seguirá estando presente, y siendo un ícono de injusticia, un caso en total impunidad, de los muchos que hay que no se han resuelto”.

Sostiene que el asesinato de su padre fue un crimen político, “y por lógica, el que lo hizo debe ser algún enemigo político, alguna persona que no congeniaba, que no tenía la misma ideología izquierdista del proyecto… ahora, ¿quiénes? Yo no quisiera ser tan irresponsable de decir nombres porque no es mi función…”.

-Viene un proceso electoral, el del 2012, ¿van a pedir que se les respete un espacio en las candidaturas?, se le preguntó.

“No, nunca lo hemos pedido. Ni con el gobernador actual se lo pedimos, ni tampoco lo pediremos en la coyuntura de las elecciones federales. Somos una familia que se ha hecho a base de esfuerzo, el único actor político que era pilar en la familia, era mi señor padre, activo. Mi mamá, que lo ha acompañado y tiene una formación política, pero no se ha metido de manera activa, pero si en algún momento dado ella decide participar, o su servidor, lo haremos con esfuerzos propios y no con la bandera de mi señor padre, no somos familia de cuotas”.

Ni bustos ni calles, justicia

La 59 legislatura del Congreso local realizará una sesión solemne el próximo sábado 20 de agosto con motivo del segundo aniversario luctuoso de Chavarría Barrera. Participarán

La familia Chavarría Obeso también prepara una serie de actividades en cuya organización participará el PRD.

“Lo único que nos queda es honrar la memoria de mi padre y seguir exigiendo justicia. Que el mejor homenaje, a mí me queda claro, no son bustos ni calles ni parques, sino que se esclarezca este cobarde crimen”, concluyó Osvaldo Chavarría.