Choque de trenes
Se ha configurado el esquema de un "choque de trenes" en la elección norteamericana.
1. Reducción al absurdo a la española.
Tras la convocatoria a elecciones generales en España, una sociedad confundida asiste por segunda vez en seis meses a una contienda policía reducida al absurdo, pues todas las proyecciones indican que muy poco cambiará en la voluntad de los electores y el resultado más probable habrá de ser el mismo, una dispersión del voto y de los escaños que imposibilitó la integración del gobierno.
Es decir, el juego electoral es el mismo, con los mismos candidatos y las mismas plataformas, con las mismas reglas (sistema plurinominal simple) pero con una variante fundamental: el sistema ya no es bipartidista, sino que han surgido nuevas opciones que le tornan multipartidista. Dada esta circunstancia, las reglas que permitían la construcción de una mayoría gobernante prácticamente en la misma noche de las elecciones ya no existen y ahora, al concluir los cómputos, lo único que se sabrá es cuanto pesa cada uno de los partidos y de que manera estos podrán confabularse para estorbar a los adversarios.
En el contexto actual, no existiendo una regla que prefigura una mayoría simple o relativa para integrar el gobierno, quien gana las elecciones no puede encabezar la negociación del gobierno pues los partidos adversarios, que juntos suman más que la primera minoría, maniobran para bloquearlo. Más aún, el fragor electoral parte de sendos vetos, en donde la primera minoría, que encabeza el Partido Popular de Mariano Rajoy, señala su derecho a gobernar, frente a un partido Podemos en alianza con Izquierda Unida, encabezado por el emergente Pablo Iglesias, le descalifica y excluye de cualquier coalición posible, como también intenta subordinar al histórico PSOE, en la versión reducida y a la defensiva de. Pedro Sánchez.
Las estimaciones demoscopicos señalan que el Partido Popular podría obtener 130 de los 350 escaños en disputa, en tanto que el PSOE obtendría unos 80, Podemos + Izquierda Unida unos 90 desplazándose del segundo lugar en tanto que el partido Ciudadanos de Albert Rivera alcanzaría los restantes 50. Por si misma, ninguna formación parlamentaria alcanzaría los 176 escaños necesarios para la mayoría absoluta que le permitiría formar gobierno, por lo que sería necesario negociar una coalición gobernante que, en el sistema parlamentario español, pudiera sostener el acuerdo parlamentario para sostener la integración del gobierno.
2. Otra vez, bloqueo institucional.
Aritméticamente, seria posible lograr un gobierno de coalición con cualquiera de las combinaciones que sumarán el número requerido de legisladores; fuera la "gran coalicion" al estilo alemán entre el PP y PSOE, que podría devolverle estabilidad institucional al sistema político español en tanto se implementa la reforma acorde a la nueva pluralidad política; o bien, la suma de adversarios al Partido Popular con CIUDADANOS como partido-bisagra; y hasta, dependiendo de los números, una coalición PP + Ciudadanos, que podrían estar sumando 180 diputados, en un gobierno de suyo volátil, expuesto a sucesivas mociones de desconfianza. Sin embargo, en la coyuntura actual, las personalidades de los contendientes y las posibilidades de futuro para los partidos podrían estar alejando la posibilidad de un acuerdo que llevará a la integración del gobierno.
Están leyendo la situación con la lógica de la "suma cero", en donde lo que gana un partido o dirigente lo pierde necesariamente el otro.Y la lógica destructiva de Podemos busca gobernar más allá de la voluntad de
los electores, descalificando a Mariano Rajoy y el Partido Popular y tratando de subordinar al PSOE cómo la nueva formación de izquierda radical. En ese sentido, es muy probable que, tras las elecciones del 26 de junio, los españoles estén otra vez ante la disyuntiva de un absurdo, que es la imposibilidad de negociación de un acuerdo entre partidos banalizados y polarizados, o ir, como sucedió en 1977, a un pacto refundacional de la democracia española, para reformar la Constitución y hacer posible cualquiera de dos cosas si de mantener el sistema de representación proporcional simple que tienen: o un gobierno de primera mayoría, así sea esta relativa; o bien, establecer la figura de un gobierno de coalición encabezado por el partido con mayor votación, penalizando a los partidos que rehusen formar gobierno. Hay varias otras opciones de ingeniería constitucional, como el establecimiento de cláusulas de gobernabilidad o la elección directa del Presidente del Gobierno, que permitiría además la división plena de los poderes del Estado, algo que actualmente no existe. En todo caso, lo que los partidos, históricos y emergentes, y los electores tienen ante si, es la posibilidad de salir del absurdo, instalar gobierno y proceder a la reforma constitucional que le permita al sistema político procesar y desempeñarse en la nueva pluralidad política que caracteriza el siglo XXI.
3. Hacia un choque de trenes.
Lo que no parecía probable se volvió posible. En la elección norteamericana se ha configurado el esquema de un "choque de trenes", al haber asegurado la candidatura del Partido Republicano el infumable magnate inmobiliario Donald Trump, virtual ganador de las primarias. En el lado demócrata, si bien aún no concluyen los caucus de una manera definitiva, se perfila con mayor nitidez la posibilidad de Hillary Clinton para hacerse de la candidatura. De esta forma, la elección presidencial estaría entre dos, Trump y Hillary, con una previsión en los careos, al momento, de ventaja para la opción demócrata por unos cinco puntos, un gap que después de todo es remontable.
Para los Estados Unidos y para el mundo, Trump es percibido como un riesgo que habrá de ser resuelto con las reglas de la democracia. Al respecto, Hillary Clinton ha dicho lo siguiente: " (tras el desistimiento del senador Ted Cruz) Donald Trump efectivamente aseguro la nominación republicana para Presidente. "Cuando lo imagino en la Casa Blanca, me causa disgusto. No sólo por las políticas que ha enunciado –una prohibición de la entrada de musulmanes al país, castigos para las mujeres que aborten, un muro en la frontera con Mexico– sino también porque me lo imagino haciendo lo
más simbólico pero frecuentemente más poderoso, del trabajo del Presidente. "No puedo imaginarlo confortando al país después de un tiroteo en las calles o después de un desastre natural. No hay
versión de Trump que pudiéramos ver impulsando a una pequeña niña a soñar en grande. El nunca se sentiría con capacidad para demostrar a los niños que aprender puede ser divertido…"De esta foema, Clinton estaría tratando de posicionar la campaña entre una opción disruptiva y otra más racional, con mayor capacidad de responsabilizarse y dirigir a una potencia mundial. Lo cierto es que la campaña presidencial será incomoda, entre un agresivo Trump y una más confortable Clinton, en un entorno de enojo de las clases medias norteamericanas por la caída en los niveles de bienestar, no obstante la recuperación de la economía norteamericana.
4. Debieran ser buenas noticias.
También en un contexto de enojo social, en México se han ido perfilando buenas noticias en la economía que, sin embargo, no trascienden en el ánimo público. Si los efectos no se notan en el bolsillo, es como si no
sucedieran. El Inegi publicó el dato de crecimiento del PIB durante el primer trimestre del año, el cual registro una tasa de crecimiento del 2.9% a tasa anual. En la composición por sectores, el agropecuario avanzó 3%, el sector industrial 2.2% y el de servicios (incluido Turismo) 3.7% siendo este último el motor principal de la economía. Hacia adelante, los analistas esperarían un menor desempeño debido a la baja actividad manufacturera en Estados Unidos así como un paso menor en el mercado interno como consecuencia del traspaso de la paridad y la merma de ingresos petroleros que harían repuntar la inflación. En ese sentido, el recorte presupuestal anunciado por el gobierno no impulsaría mayor actividad económica. La tasa de referencia del Banco de México podría mantenerse en 3.75% en tanto la Reserva Federal no de inicio a la normalización, algo que podría suceder a partir de junio, al concluir el segundo trimestre del año. En lo que se refiere al crédito bancario, los números del primer trimestre siguen apuntando a un sólido crecimiento del 12.8%, destacando que el crédito al sector privado fue del 12.2% comparado con 6.2% de igual periodo en el año anterior, prácticamente el doble. Por componentes, la cartera de crédito al consumo se incrementó 9.8% anual, el crédito a la vivienda creció 9.7% mientras que el financiamiento a empresas se situó en 12.7% anual. En lo que se refiere a la inflación, esta se ha situado en 3.19%, con un ligero repunte.
Este porcentaje aún no hace mella en la previsión de mejoría real del salario minimo, que ha dicho el Presidente Peña Nieto el 1o de mayo pasado, registra un incremento del 5% en términos reales. La expectativa de crecimiento anual, según los analistas del sector privado, se estaría ubicando entonces en torno al 2.4%.
Crecer significa que se seguirá generando empleos; al menos se estima que medio millón durante el año. Por otra parte, los precios internacionales del petróleo empiezan a recuperarse, ubicándose el WTI, que es nuestra referencia, en 44 dólares el barril en esta semana. No obstante, todas estas, que debieran ser buenas noticias para el bolsillo de los mexicanos y para la prospectiva de las empresas, parecería estar cayendo en la nada, debido al fragor de las contiendas políticas y elascendrado descrédito prevaleciente, la base del enojo social que caracteriza a la sociedad mexicana. 5. Perspectivas electorales. A un mes de las elecciones en 14 entidades, la perspectiva es de un evidente lance favorable al PRI, que sigue siendo el partido más competitivo en prácticamente todos los rincones del país. En los círculos de opinión se asientan números de siete triunfos para el PRI, tres muy competidos y posible carne de Tribunal Electoral, y dos posibles derrotas, que se visualizan en Puebla, Tlaxcala o Tamaulipas, entidad esta última en donde la injerencia del narco en las campañas estaría poniendo en riesgo la elección. En lo que se refiere al clima electoral, conforme a datos de Parametría, la mala evaluación de los gobernantes (federal y locales, todos por debajo de seis) ha permeado en el ánimo de los ciudadanos y tenderá a cerrar las cifras. Es decir, los logros de victorias contundentes estarán por verse, siendo más factibles los resultados diferenciados por pocos puntos. Es decir, conforme se acerque la fecha de las elecciones, las cifras irán cerrándose y los pronósticos ajustándose, cada vez en mejores circunstancias para el partido gobernante.
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