CARTA DE RESPUESTA A WALTON

Por Ángel Irra Carceda

Esto es lo que Luis Walton escribió sobre mi persona en su cuenta de Face:

"Agradezco las muestras de afecto que he recibido ante las bajezas que escribe sobre mi persona un pseudoperiodista llamado Angel Irra Carceda. No voy a caer en provocaciones de este tipo de individuos de perfil soez, ruin y deleznable, que sólo desprestigian al gremio periodístico. Reitero mi más amplio respeto al trabajo de los verdaderos periodistas y a la libertad de expresión que se ejerce con responsabilidad.
Reitero mi más amplio respeto al trabajo de los verdaderos periodistas y a la libertad de expresión que se ejerce con responsabilidad".

Esta es mi respuesta:

Señor Walton: En serio que nos salió bastante "delicadito". Pero intolerante y agresivo también.
Se queja de lo que escribí sobre usted.
Pero, eso sí, se concede todo el derecho de llamarme "pseudoperiodista" y, además, me califica de ser "un individuo de perfil soez, ruin y deleznable", y que desprestigio "al gremio periodístico".
Cuento con casi 30 años en este noble oficio y por primera ocasión soy objeto de este tipo de calificativos.
Quienes me conocen de verdad, créame, no estarán de acuerdo con lo que me lanza desde su hígado.
Por mi parte, ni sudo y menos me acongojo por sus ataques a mi persona. Sé muy bien quién soy.
Y respeto plenamente el derecho que usted tiene para expresarse. Pero debiera respetar igualmente mi derecho a opinar sobre Walton el político, no sobre su persona.
Y, como usted reitera su más "amplio respeto al trabajo de los verdaderos periodistas", yo reitero el mío a los verdaderos políticos, no a los que desprestigian a su gremio.
Soy un modesto comunicador y usted un conocido empresario y político. Pero, créame, entre ambos existe un mundo de diferencia. De mí se podrán decir muchas cosas, pero no que sea "soez, ruin y deleznable" y que desprestigie a mi gremio, como usted lo asegura.
Su figura es bastante pública, como lo han sido y son los señalamientos hacia su persona. Y me he guardado, me guardo y me guardaré muchos porque llegan al grado de cuestiones muy de su vida particular.
De esas no me ocupo, por supuesto, porque son otra cosa. No le gusta que lo cuestionen, pero usted sí lo hace y hasta se da el lujo de lanzar insultos.
Lo conmino a que, antes de hacerlo, reflexione bien. ¿Por qué echar más gasolina al fuego, si con un simple cerillo siente que se consume en el infierno?