Weather (state,county)

Al momento:

HURACANES + NEGLIGENCIA + CORRUPCIÓN = LA TORMENTA PERFECTA

Por: @RicardoMonrealA

Soy uno de los 40 mil viajeros que se quedaron varados en Acapulco en el puente vacacional de las fiestas patrias. Asistí al primer informe de gobierno del presidente municipal, Luis Walton Aburto, el sábado 14 de septiembre. En medio de las lluvias torrenciales de la tormenta Manuel, el alcalde relataba las condiciones financieras y administrativas desastrosas que le tocó sortear, agudizadas por la oleada de inseguridad que azota al estado de Guerrero, escenario cruento de disputas entre grupos delincuenciales.

Al concluir el evento, sobrevino la alerta. Manuel había llegado con una inusual carga de agua, que habría tomado del Pacífico durante los días anteriores y se alistaba a descargarlo en la zona costera de Guerrero. El pronóstico era de "máxima alerta". Lo único que le faltaba a un puerto azotado por desastres económicos y sociales.

Septiembre es mes de huracanes y lluvias torrenciales en Acapulco y en todo el país. Cualquier Atlas de riesgo así lo indica. La primera reacción de quienes hemos tenido la oportunidad de dirigir políticas de protección civil desde alguno de los niveles de gobierno fue: ¿por qué hasta ahora, cuando ya está el fenómeno enfrente? ¿Si ya se puede alertar hasta un sismo, con un minuto de anticipación, qué pasó en este caso con Manuel, que tenía ya varios días moviéndose en el Pacífico? ¿Qué ingrediente especial tuvo esta tormenta como para escapar al ojo clínico de los meteorólogos y sus modelos de predicción matemática?

Pues todo indica que Manuel, además de mucha agua del Pacífico, vino sobrecargado de negligencia e irresponsabilidad.  Y estos elementos lo hicieron más desastroso y letal: 80 decesos al momento de escribir esto, 1.2 millones de afectados, daños por 5 mil millones de pesos y la desesperación de las gente por falta de ayuda oportuna.

Diversos diarios dan cuenta de esta grave falta de prevención. Y todos los caminos conducen al sistema nacional de protección civil de Segob, como epicentro de este desastre.

"A pesar de que el desastre en Guerrero a causa de la tormenta tropical Manuel es multifactorial, especialistas señalan que hubo 'aplicación insuficiente' de medidas preventivas para cuidar a la población.

"De acuerdo con fuentes de las fuerzas armadas y expertos en materia de protección civil, 'las autoridades subestimaron los efectos de una tormenta tropical' y, con ese antecedente, sobrevino la «falta de coordinación»"(La Jornada, 18 de septiembre).

"Minimizaron alertas; Conagua previó la emergencia desde el 11 de septiembre; gobierno federal sesiona hasta el 13 de septiembre y es hasta dos días después cuando se instaló el Comité Nacional de Emergencias, integrado por 15 dependencias" (Diario 24 Horas, 18 de septiembre). Según Conagua, solo dos gobiernos estatales, Veracruz y Tamaulipas, habrían hecho caso de las alertas y evacuaron a tiempo diversas comunidades en zonas vulnerables.

"Falla prevención frente a desastre. Los embates del huracán Ingrid y de la tormenta tropical Manuel han puesto en evidencia al Sistema Nacional de Protección Civil, encabezado por Luis Felipe Puente Espinosa. A pesar de que el gobierno federal impulsó desde el inicio de esta administración una reingeniería en materia de protección civil, con énfasis en su carácter preventivo, y que la contingencia empezó desde el viernes, fue a partir del domingo cuando Puente Espinosa apareció para informar sobre la peligrosidad de ambos fenómenos meteorológicos" (Excélsior, 18 de septiembre).

Así aconteció hace 16 años, en septiembre de 1997, cuando el huracán Paulina devastó a Acapulco, iniciando un declive económico del puerto que no ha podido ser revertido. En aquella ocasión, el servicio meteorológico nacional advirtió con tiempo y oportunidad del ciclón que se aproximaba, pero nadie atendió las alertas. Incluso, el entonces alcalde de Acapulco se encontraba en Las Vegas, y no regresó al puerto hasta que el cabildo le notificó de su cese fulminante. Casualmente, era gobernador interino de Guerrero, el actual gobernador Ángel Heladio Aguirre.

Además del número de víctimas y de los costos económicos, la negligencia y la ineficacia es lo que hermanan a Paulina y a Manuel.

"El sábado 14, el coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, emitió la primera alerta pública (a través de Twitter): "Precaución estados (Guerrero, Chiapas, Oaxaca) que tendrán lluvias torrenciales (150 mm) por tormenta tropicalManuel". La mayor parte de los mensajes por esta vía fueron relativos al huracán Ingrid, en el otro litoral del país.

"Un día después, Gobernación indicaba: "máxima atención zona costera por tormenta tropical; Acapulco, hasta Punta San Telmo, Michoacán".

"Sin embargo, hasta ese momento no había reportes acerca de evacuación de la población en Guerrero. Este diario solicitó una entrevista con Puente ese día para precisar las tareas preventivas realizadas, pero en Gobernación dijeron que no era posible porque en la noche hablaría el presidente Enrique Peña Nieto.

"Funcionarios y expertos del sector –quienes pidieron no ser identificados– lamentaron que se hayan destinado importantes recursos humanos y materiales a las ceremonias patrias y de conmemoración de los 100 años del Ejército ("hubo más elementos que en celebraciones anteriores"), en lugar de aplicar un enérgico protocolo de evacuación, antes del desbordamiento de ríos" (La Jornada, 18 de septiembre).

Además de la negligencia y la improvisación de las autoridades bisoñas de un gobierno novel, hay otro elemento que el agua está sacando a flote: la corrupción. Constructoras que edifican puentes, túneles y autopistas con materiales de segunda, pero que cobran como si fueran de primera.  Desarrolladores de vivienda que levantan cientos de casas de interés social o de lujo cerca de lagunas, lechos de río y en playas, obstruyendo las salidas naturales del agua, con tal de vender la ilusión de un morada cerca o enfrente del mar. No les importa exponer la vida y el patrimonio de miles de familias, con tal de satisfacer su codicia.

Ciertamente, desde hace medio siglo no se encontraban en territorio nacional un huracán proveniente del Golfo (Ingrid) y una tormenta tropical en el pacífico (Manuel). Esto las convirtió en tormentas perfectas. Pero la negligencia, la improvisación de las autoridades y la corrupción pública y privada las convirtió en tormentas "plus quan perfectas"; con su secuela de muerte, destrucción y dolor.

Hoy que se conmemoran 28 años de los sismos que hirieron a la Ciudad de México, el sistema nacional de protección civil está vulnerado y evidenciado. Alguien debe responder por este nueva tragedia.


JcM^