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Conoce la ciudad de EU donde el fútbol soccer es el Rey

¿Son los hinchas futboleros de Portland los mejores del mundo?



EE. UU.- Si hubiese un índice para medirlo, la afición de esta remota ciudad en el noroeste de Estados Unidos tendría que estar disputando los primeros lugares.

En medio de un país que a veces se vanagloria de su indiferencia por el fútbol, los seguidores de Portland son fanáticos en su apoyo a este deporte.

Portland abraza la causa de un equipo, los Timbers, que en la temporada de 2012 ha estado pegado a los últimos lugares de la tabla en la liga profesional estadounidense, la Major League Soccer (MLS, por sus siglas en inglés).

Es una escuadra que no recurrió a la estrategia, común en este país, de traer astros en declive para arrastrar audiencias.

Sin un Pelé ni un Beckham en su plantilla, y pese a los tristes resultados que consigue el equipo en el campeonato nacional, siguen llenando las graderías.

Las sillas de su estadio están vendidas de antemano para toda la temporada, mientras que 7.500 personas están en lista de espera, aferradas a la esperanza de obtener boletos para unos partidos que saben de antemano que probablemente perderán.

El deporte de los raros

Lo que pasa en Portland es observado con cuidado por los empresarios deportivos del país.

Algunos piensan que puede ser el invernadero donde finalmente florezca la afición nacional al fútbol, después de décadas de falsas esperanzas.

Otros alegan que el caso de esta ciudad es irrepetible.

"Portland siempre se enorgullece de ir en contravía a lo que hace el resto de la nación, y el futbol ha sido por mucho tiempo en Estados Unidos un deporte excluido", asegura a BBC Mundo William Conwell, un bloguero local. Su afición al fútbol es parte de sentirse distintos, asegura.

Esta ciudad, ubicada a 4.660 kilómetros de distancia de Nueva York, esta lejos geográfica y culturalmente de los principales centros de poder.

Muchos de sus habitantes abrazan el ecologismo, se enorgullecen de sus estilos de vida alternativos y hablan de su desconfianza frente a los poderes corporativos que manejan gran parte de la economía del país.

Y es cierto que, en comparación con otras ciudades estadounidenses, en el centro de Portland se ven menos restaurantes de comida rápida y más cafés independientes.

Tal vez el sitio más fotografiado de la ciudad es un muro en el centro de la urbe pintado con un grafiti que pide a sus habitantes esfuerzos para lograr "que Portland siga siendo raro".

De padre a hijo

Pero, sin tanto análisis sociológico, otros insisten que el despertar del fútbol en esta ciudad es más el producto natural, orgánico, de una afición que ha crecido espontáneamente de generación en generación.

BBC Mundo habló con uno de los "capos" de las barras de Portland. Se trata de James Harrison, escultor de profesión, conocido localmente como "Hermes".

"Mi padre me trajo a ver fútbol cuando era niño. Se me metió en la sangre. Ahora yo llevo a mi hijo", asegura mientras espera el comienzo de un clásico local, el partido de los Timbers de Portland contra los Sounders, la escuadra de la vecina ciudad de Seattle.

Es un encuentro que algunos describen como la rivalidad más intensa en el deporte estadounidense. Como en cualquier otro derby, los cánticos, banderas y bengalas de humo cubren los 20.000 escaños del estadio, aunque hablar de "barras bravas" no describe bien el ambiente en las tribunas, más relajado que agresivo, más familiar que masculino.

También llama la atención la casi total ausencia de hispanos en la audiencia. Por mucho tiempo se pensó que la solución para el "problema" del fútbol estadounidense era venderlo entre la afición de origen latino.

Pero nuevamente Portland va contra las expectativas, con una fanaticada predominante anglosajona.

En cambio, varios de sus jugadores son latinoamericanos.

Diego Chará, uno de ellos, le dice a BBC Mundo que los clásicos en esta ciudad, y en particular el que los enfrenta con Seattle, le recuerdan a los de su Colombia natal: "En Portland se vive (de manera) similar".

La ilusión

Al final, el partido con Seattle termina 1-1. Una nueva pequeña decepción para el "ejército de los Timbers", como se conoce en Portland a la hinchada local.

Pero el dueño del equipo piensa en grande. Merritt Paulson le asegura a BBC Mundo que no pasará mucho tiempo antes que la liga estadounidense obtenga el mismo reconocimiento que los grandes torneos en América Latina y Europa.

"Lo que esta pasando en todo Estados Unidos con el fútbol ahora es fantástico. Va más allá de esta ciudad. Mire lo que pasa en Kansas City, Filadelfia o Houston".

Y nadie esperaría que un empresario del fútbol dijese lo contrario.

Pero lo que pasa en Portland tiene raíces profundas.

El enamoramiento de esta ciudad con su equipo hace pensar que una de las grandes anomalías del deporte mundial puede estar terminando: Estados Unidos ya no es tierra estéril para el fútbol.(BBC)