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La cerca de Chesterton, el principio que te obliga a pensar dos veces antes de hacer cambios

QuizƔs ya no sirva para nada, pero hay que asegurarse.
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QuizƔs ya no sirva para nada, pero hay que asegurarse.

¡No destruyas lo que no entiendes!

Eso es, en resumen, lo que aconseja una simple regla general llamada la cerca de Chesterton que sugiere que nunca se debe destruir algo, cambiar una regla o alterar una tradición si no se comprende por qué se creó en primer lugar.

Es, de cierta manera, un llamado a la humildad al criticar y querer reformar desde políticas o instituciones, hasta costumbres familiares, protocolos laborales o líneas de código en programas informÔticos.

Señala que sin comprender bien qué estÔ pasando, las consecuencias de una acción apresurada podrían terminar siendo mucho peores que las de lo que se pretende reparar.

Aquello de la cerca quizĆ”s suene extraƱo, pero se llama asĆ­ por la manera en la que ilustró la idea quien la hizo famosa: el escritor y filósofo inglĆ©s Gilbert Keith Chesterton (1874–1936).

Chesterton era un "obeso gigante", como lo describió Jorge Luis Borges en el prólogo de "El ojo de Apolo" de "La Biblioteca de Babel".

El escritor argentino afirmó que era "un hombre bondadoso y afable" que "pudo haber sido Kafka o Poe pero valerosamente optó por la felicidad o fingió haberla hallado".

Calificó de encantadores y penetrantes los escritos críticos de Chesterton, y contó que sus primeras novelas aunaban "lo místico a lo fantÔstico".

Pero las obras que mÔs hicieron mella fueron unos 50 cuentos cortos sobre un detective que era un sacerdote aparentemente ingenuo pero psicológicamente agudo llamado Padre Brown.

"La literatura es una de las formas de la felicidad; quizÔ ningún escritor me haya deparado tantas horas felices como Chesterton", escribió Borges.

Cuando no estaba escribiendo o, mÔs tarde, dando charlas por la BBC, le encantaba debatir, y a menudo participaba en disputas públicas amistosas con intelectuales como George Bernard Shaw, H. G. Wells o Bertrand Russell.

O bromeando con ellos. En una ocasión le dijo a Shaw: "Al verte, cualquiera pensaría que una hambruna asoló Inglaterra", a lo que Shaw respondió: "Al verte, cualquiera pensaría que tú causaste la hambruna".

"El obeso gigante", Chesterton medĆ­a 1,93 metros y pesaba 130 kilos.
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"El obeso gigante", Chesterton medĆ­a 1,93 metros y pesaba 130 kilos.

Pero algo que se tomaba muy en serio era la religión.

"De la fe anglicana pasó a la católica, que, según él, estÔ basada en el sentido común", contó Borges.

"Arguyó que la rareza de esa fe se ajusta a la rareza del universo, como la extraña forma de una llave se ajusta exactamente a la extraña forma de la cerradura".

Precisa y curiosamente fue de un libro titulado "El asunto: por qué soy católico" (1929) en el que habló de esa cerca que lleva su nombre.

Reformar sin deformar

Declaró que "en materia de reformar cosas, a diferencia de deformarlas, hay un principio claro y simple".

Sugirió imaginar "en aras de la simplicidad, una cerca o puerta erigida a través de un camino".

"El tipo mƔs moderno de reformador se acerca alegremente y dice: 'No veo la utilidad de esto; tumbƩmosla'.

"A lo que el tipo mƔs inteligente de reformador harƭa bien en responder: 'Si no le ves la utilidad, ciertamente no dejarƩ que lo elimines. Vete y piensa. Luego, cuando puedas regresar y decirme que ves su utilidad, puedo permitirte que lo destruyas'.

La idea es que sólo cuando sabes cuÔl era el propósito de algo, puedes decidir si aún es necesario, si se debe modificar o sencillamente omitir.

Según Chesterton, ese principio se basa en el sentido común mÔs elemental.

"La cerca no creció allí. No fue creada por sonÔmbulos que la construyeron mientras dormían.

"Alguna persona tuvo alguna razón para pensar que sería algo bueno para alguien. Y hasta que sepamos cuÔl fue el motivo, realmente no podremos juzgar si fue razonable".

Y advirtió que, de no asegurarnos, "es muy probable que pasemos por alto algún aspecto completo de la cuestión".

La cerca, por ejemplo, así estuviera en mal estado y fuera pequeña, quizÔs separaba a las vacas de las ovejas, imaginó el filósofo Jonny Thomson en Big Think.

Las ovejas, al comer, arrancan el pasto casi de raƭz, mientras que las vacas necesitan pasto alto para comer con sus lenguas prensiles. Poco despuƩs de retirar la cerca, las vacas estarƭan desnutridas y hambrientas.

Absurdo pero, ¿para quĆ© sirve?
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Absurdo pero, ¿para quĆ© sirve?

De refrescos a gorriones

Ahora, a pesar de que Chesterton abogaba por examinar asĆ­ las decisiones que implicaban cambio pues tendĆ­a a ser conservador, el principio sigue haciendo eco en varios campos, desde el personal al polĆ­tico.

Al intentar cambiar malos hƔbitos, por ejemplo, a menudo fracasamos al no tener en cuenta que no aparecen de la nada: generalmente evolucionan para saciar una necesidad insatisfecha.

Si no se tiene en cuenta ese aspecto, aunque se logre eliminar un hƔbito, quizƔs sea reemplazado por otro mƔs nocivo.

A nivel empresarial, en un post considerado clƔsico, el emprendedor en serie Steve Blank dio un ejemplo que ha visto en las startups cuando crecen y contratan a directores financieros.

Estos, tratando de reducir costos -y de lucirse-, a menudo deciden acabar con detalles de la empresa para los empleados, como los refrescos y pasabocas gratis, pues les parece un gasto inutil.

Según la experiencia de Blank, el resultado es siempre el mismo: a los empleados que ayudaron a la empresa a crecer, aunque se puedan dar el lujo de pagar por sus refrescos, les parece una señal de cambio de cultura de la empresa.

Y eso puede llevar a las personas mƔs talentosas a abandonarla porque, de repente, todo se siente muy coorporativo, ya no es como antes.

Como estos, muchos ejemplos, incluido uno tremendamente trƔgico: el exterminio de gorriones en China, parte de la CampaƱa de las cuatro plagas del proyecto Gran Salto Adelante (1958 a 1962) de Mao Zedong.

Se sospechaba que los gorriones robaban granos de los campos así que millones de chinos hicieron todo lo posible para eliminarlos, con éxito: la población de gorriones llegó al borde de la extinción.

La de langostas, en cambio, sin gorriones que la controlara, se disparó y se convirtió en uno de los detonantes de la Gran Hambruna China, uno de los mayores desastres provocados por el hombre en la historia.

Chesterton con su habitual atuendo de sombrero de ala ancha, capa y quevedos. Artista: Joseph Simpson
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Chesterton con su habitual atuendo de sombrero de ala ancha, capa y quevedos. Artista: Joseph Simpson

Visto asĆ­, la cerca de Chesterton parece un mecanismo para evitar la ley de las consecuencias no deseadas.

El principio invoca el excesivo entusiasmo de los reformadores y busca frenarlo.

Pero puede aprovecharse para lo contrario.

Las reformas, grandes y pequeƱas, de por sƭ siempre suelen tener una fuerza trabajando en su contra: la resistencia al cambio.

Una organización, por ejemplo, puede fÔcilmente convertirse en un aparato innecesariamente complejo que ya no es adecuado para su propósito. Pero cuanto mÔs sobreviva, menos probable serÔ que sea reformada o abolida.

En esos casos, conviene comportarse como ese "reformador inteligente", y así contar con argumentos firmes para demostrar exactamente por qué se ha vuelto inútil.

Pero a veces, por mÔs que quieras, no te puedes dar el lujo de examinar cada decisión. Entonces, quizÔs vale mÔs la pena invocar a Alejandro Magno que a Chesterton.

Según la leyenda, cuando Alejandro conquistó Frigia lo retaron a que desatara el nudo gordiano, tan complicado que un orÔculo había declarado que quien pudiera deshacerlo estaba destinado a gobernar toda Asia.

Alejandro lo intentó un rato hasta que se hartó. Declaró que no importaba cómo se lograba, sacó su espada y lo cortó de un solo golpe.

Lo importante es saber si estƔs ante una cerca o un nudo.

A veces sĆ­, a veces no

Hay ciertas estrategias que pueden usarse como guĆ­as.

Quienes trabajan en informƔtica, a lo Alejandro Magno, a veces usan lo que llaman la Prueba del Grito, que aplican a productos, servicios o capacidades que estƔn activos pero nadie usa.

Es sencilla: retĆ­ralo y espera a ver si alguien grita. Si sucede, reinstalalo.

Es un caso que se podrĆ­a encajar en las decisiones de tipo 2 descritas por el fundador de Amazon, Jeff Bezos, en una carta a los accionistas que muchos usan como referencia para discernir entre las opciones cerca o nudo.

Sólo que él habló de puertas.

Una es de un sólo sentido: una vez la cruzas, se cierra a tus espaldas para no abrirse mÔs.

Otra es de dos sentidos: puedes entrar y salir por ella.

Alejandro Magno cortando el Nudo Gordiano (autor desconocido).
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Alejandro Magno cortando el Nudo Gordiano (autor desconocido).

"Algunas decisiones tienen consecuencias y son irreversibles o casi irreversibles (puertas de un solo sentido) y estas decisiones deben tomarse de manera metódica, cuidadosa y lenta, con gran deliberación y consulta.

"Si pasas por allƭ y no te gusta lo que ves al otro lado, no podrƔs volver a donde estabas antes. Podemos llamar a estas decisiones Tipo 1.

"Pero la mayorĆ­a de las decisiones no son asĆ­: son cambiables, reversibles, son puertas de doble sentido.

"Si has tomado una decisión subóptima, no tienes que vivir con las consecuencias por tanto tiempo. Puedes volver a abrir la puerta y volver a cruzar.

"Las decisiones de tipo 2 pueden y deben ser tomadas rƔpidamente por individuos o grupos pequeƱos con buen juicio".

¿Es la reforma que vas a hacer o la solución que le vas a dar a un problema fĆ”cilmente reversible?

Entonces podrías hacer cambios rÔpidamente con información imperfecta y ver qué pasa.

Si es irreversible, conviene recopilar información, aunque el proceso se ralentice y conlleve un costo.

Chesterton habrĆ­a estado de acuerdo.

BBC

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