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Margarita fue tan discreta en su paso por Los Pinos que no dejó ni reporte de sus gastos en 6 años

Margarita fue tan discreta en su paso por Los Pinos que no dejó ni reporte de sus gastos en 6 años

En su autobiografía, confiesa que el equipo de su esposo, el ex Presidente Felipe Calderón, le ordenó ese silencio suyo que la distinguió mientras fungió como Primera Dama. Ahora que Margarita Zavala Gómez del Campo ha renunciado al PAN y aspira a ser Presidenta de la República con una candidatura independiente es difícil verla en el espejo de la Transparencia

Triunfe o no en su aspiración de convertirse en la primera Presidenta mexicana, la historia de Margarita Zavala Gómez del Campo se escribe como la de una ambición, pero con la más profunda mesura y un estilo de hacer política tan discreto que no deja huella. Si se revisa su presencia en la casa oficial de Los Pinos cuando su esposo, Felipe Calderón Hinojosa, fue Presidente, se encuentra a un fantasma. Callada, sin pronunciamientos públicos sobre la crisis de derechos humanos crispada durante el sexenio, siempre detrás. Esa fue Margarita, la ex Primera Dama que ayer presentó su carta de renuncia al Partido Acción Nacional (PAN), el instituto fundado por Manuel Gómez Morín al que se inscribió cuando era una adolescente de 17 años de edad.

Ayer, en un mensaje grabado, se le vio una actitud enérgica. Parecía dejar atrás los años de silencio al que la obligaron y se obligó en el pasado. Ella misma escribió en su autobiografía “Margarita, mi historia” (editorial Grijalbo, 2016): “El staff de Felipe me hizo la vida algo más difícil: se pronunciaron porque mi papel fuera casi testimonial, llegaron a pedirme que me abstuviera de asistir a los eventos del Presidente, salvo cuando se me indicara lo contrario”.

Ahora que es suspirante por la Presidencia de la República es difícil perfilarla a través del espejo de la Transparencia. La invisibilidad que tanto procuró –que tanto procuraron– se impone. Margarita Zavala Gómez del Campo no dejó registro en los archivos de Los Pinos ni del costo de las decenas –acaso cientos– de viajes que realizó por decisión propia o al lado de su esposo; tampoco del pesebre y el árbol de Navidad con el que decoró un salón de El Vaticano en 2007; no lo hizo con el gasto en su imagen ni en la compra de su indumentaria basada en rebozos potosinos, mucho menos de su fortuna personal.

Estas también son palabras de su autobiografía: “Decidí no dar entrevistas a ningún medio de comunicación, entra otras cosas porque el equipo de Comunicación determinó que debía quedarme muy calladita”.

¿Y CUÁL ES SU FORTUNA, SEÑORA CANDIDATA?

Discreto fue su papel de Primera Dama y su paso por el Congreso donde tuvo una diputación plurinominal como discreto ha sido su dinero. Incluso en este ámbito, el del patrimonio, a la pre candidata a la Presidencia, Margarita Zavala se le debe ver como una mujer casada que comparte con su cónyuge sus bienes e ingresos.

Zavala Gómez del Campo jamás había hecho públicos sus bienes hasta el 20 de diciembre de 2016 cuando en la plataforma ciudadana 3de3 presentó su declaración patrimonial. Dio a conocer la casa que comparte con él de 800 metros cuadrados y de un valor de tres millones de pesos, además de inversiones financieras por un millón de pesos y unos ingresos anuales de poco más de 400 mil pesos.

Se trata del peculio de una pareja política que desde que desde que se instaló en la residencia oficial de Los Pinos siempre fue en aumento. Las declaraciones patrimoniales publicadas en la Secretaría de la Función Pública por Felipe Calderón Hinojosa dan cuenta que los ingresos del matrimonio pasaron de 7.4 millones de pesos en 2006 a 17.8 millones al terminar el mandato. En seis años, el ex Presidente declaró que sus bienes se habían multiplicado al lado de su esposa. Tenían efectivo, propiedades, además de joyería, collares, línea blanca, muebles, artesanías y obras de arte por más de 657 mil pesos.

En su propia declaración, Zavala Gómez del Campo abundó que hasta 2016, juntos percibían ingresos anuales por 9.1 millones de pesos, cuando en 2013, el año que la pareja dejó Los Pinos, esa cifra era de 3 millones 250 mil pesos. Es decir, fuera de la residencia oficial, los Zavala-Calderón triplicaron sus ingresos.

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