Macri: un año defrases inoportunas
El primer año de gobierno del presidente de Argentina, Mauricio Macri, quedará marcado por las múltiples frases desafortunadas que acumuló y que provocaron burlas, indignación y polémicas.
Macri asumió el 10 de diciembre del año pasado pero muy pronto quedó en evidencia que, cuando se sale del libreto que le preparan sus asesores e improvisa, puede provocar incluso problemas diplomáticos.
“Te la debo, no estoy en tema”, es una de las citas más recordadas del presidente, ya que fue lo que atinó a responder cuando le preguntaron por el caso de una docente que murió mientras reclamaba injustos descuentos salariales.
En otra frase que ya pasó a la historia, Macri dijo que los héroes de la Independencia de Argentina “claramente, deberían de tener angustia de tomar la decisión, querido Rey, de separarse de España”.
El escenario no podía ser más inoportuno, ya que el presidente encabezaba los festejos patrios con el Rey Juan Carlos como invitado, pero casi parecía que se disculpaba por la lucha independentista.
En esos mismos días, escribió en las redes sociales que “cansado por la extenuante gira y actos, lamento no poder asistir a los desfiles” patrios, pero fue tal la indignación ciudadana que al final sí se presentó a la ceremonia.
Macri también dijo durante un acto en la Bolsa de Comercio que “ya no vamos a tener que protegernos ni escondernos”, cuando les pidió a los empresarios que se sumaran al blanqueo de capitales, en un reconocimiento tácito de que los hombres de negocios, como él, evaden impuestos.
Uno de los principales dolores de cabeza para Macri fue la revelación de que estaba involucrado en la investigación internacional de lavado de dinero llamada “los papeles de Panamá”.
El presidente aseguró que la empresa sospechada de maniobras ilegales y en la que figuraba como director no había tenido actividades concretas y garantizó que no tenía cuentas en paraísos fiscales.
Luego se contradijo al afirmar: “qué sé yo. No sé si (la empresa) estuvo activa o no”, y cuando se descubrió que sí tenía una cuenta en Bahamas, uno de los principales paraísos fiscales, apenas si declaró: “honestamente, no me di cuenta”.
Macri llegó a decir durante un discurso que “si fuera una cuestión de leyes, saquemos, en lugar de una ley para conservar lo que tenemos, una que diga que somos todos felices”.
La felicidad de los argentinos es una de las obsesiones del presidente, quien durante su primera presentación ante el Congreso, en marzo pasado, dijo que le gustaría construir “un país que te convoque a tu aventura personal”, como si fuera una película.
En su afán de promover el ahorro de luz, el presidente regañó a los ciudadanos porque “si están en sus casas en remera y en patas (camiseta y descalzos), es porque están consumiendo energía de más”.
Poco después apareció una foto de él y de su esposa sentados en una sala de su casa, precisamente “en remera y en patas”.
Más allá de las burlas por los constantes traspiés verbales del presidente, en septiembre pasado provocó un problema diplomático con Gran Bretaña, país con el que Argentina mantiene una constante tensión por la soberanía de las Islas Malvinas.
Macri aseguró que había hablado de Malvinas, uno de los temas más sensibles de la política exterior argentina, con la primera ministra británica Theresa May.
“Le dije que estoy listo para comenzar un diálogo abierto, que incluya por supuesto el tema soberanía sobre las islas. Ella dijo que bueno, que sí, que habría que empezar a conversar”, aseguró el presidente, lo que luego fue desmentido por el gobierno de Gran Bretaña.
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