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Los "moches" de Anaya a través del “Ramo 23”: Ricardo Alemán

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Este día el periodista Ricardo Alemán publicó en su columna Itinerario Político que la vida de lujos del panista se paga con “moches” del “Ramo 23”, pues la dirigencia del PAN mantiene el control de la partida del “Ramo 23” —de más de 2 mil millones de pesos—, mientras que alcaldes y diputados deben pasar a las oficinas de la colonia del Valle para negociar la asignación de ese dinero.

Durante meses, legisladores y líderes de Acción Nacional han denunciado la presunta desviación de recursos púbicos desde la dirigencia del PAN —que preside Ricardo Anaya— para el supuesto financiamiento de su candidatura presidencial para 2018.

Un ex presidente del PAN explicó en detalle cómo la dirigencia azul estaría desviando dinero público a través del llamado “Ramo 23”, que tiene como objetivo que el gobierno federal otorgue recursos a estados y municipios a través de fondos específicos.

Eso significa —según las fuentes consultadas— que desde la dirigencia del PAN se maneja una bolsa de dinero público no etiquetado, y tampoco auditado, de poco más de 2 mil 100 millones de pesos; un promedio de 20 millones de pesos por —y no para— cada uno de los 109 diputados federales que tiene el partido en la Cámara de Diputados. Además de esa bolsa, la coordinación parlamentaria se lleva casi 100 millones de pesos, también manejado de manera discrecional.

Cabe aclarar que “los moches” no son exclusivos del PAN y menos de Ricardo Anaya. Esa práctica la llevan a cabo todos los partidos —incluidos PRD y Morena—, que se sirven del dinero público a manos llenas, en montos determinados por el número de diputados de cada partido.

La mayoría de estos recursos son destinados a obras en municipios que diputados y alcaldes soliciten y que se llevan a cabo a través de empresas “pato”, propiedad de amigos y/o socios de legisladores o líderes parlamentarios o jefes de partidos.

¿Cómo es que Ricardo Anaya obtiene recursos a través de este formato? Resulta que la dirigencia del PAN mantiene el control de la partida del “Ramo 23” —de más de 2 mil millones de pesos—, mientras que alcaldes y diputados deben pasar a las oficinas de la colonia del Valle para negociar la asignación de ese dinero. De esa forma, la lealtad a Ricardo Anaya se compra a cambio de millones de pesos.

Según testimonios de diputados, alcaldes y gobernadores del PAN, en el CEN partidista les piden entre 17 y 20 por ciento de comisión por “el palomeo” de recursos, al tiempo que las obras son asignadas a contratistas que determina la dirigencia nacional del partido.

Es decir, “en el cuarto de junto” de la oficina de Ricardo Anaya se lleva a cabo eso que, coloquialmente, se conoce como “moche”. Todo con el aval del jefe nacional, Ricardo Anaya, quien presuntamente dispone —de manera personal— de cientos de millones de pesos.

Y una vez que “el asunto” de tal o cual diputado federal, alcalde o gobernador “queda planchado” con Anaya y su equipo, de la dirigencia del PAN se comunican a la Secretaría de Hacienda para que “disparen” el dinero a los estados y de ahí a los municipios.

Cuando alcaldes o diputados deben cumplir con los compromisos contraídos con sus electores, con los contratistas o con la entrega de “los moches” al jefe nacional, presionan para que Hacienda “dispare” el dinero y para que les confirmen “que está en tubería”. Es decir, para confirmar que el dinero público ya recorre los meandros de la corrupción, sea de PAN, PRI, PRD o de Morena. La palabra mágica es “el dinero ya está en tubería”, lo que se interpreta como que “está por caer” a las arcas municipales.

De esa manera, Ricardo Anaya también maneja las lealtades a su persona y a su proyecto presidencial y presiona a aquellos que juegan en el terreno de otros aspirantes y grupos dentro del PAN.

Según el ex dirigente del PAN que reveló la información, Anaya sería quien solapa las tuberías de la corrupción y controla sus efectos a la perfección, ya que ha fungido como presidente de la Cámara de Diputados, secretario general del partido y ahora líder nacional.

Anteriormente, durante la gestión de Gustavo Madero, quien manejaba todo el asunto de los “moches” en el partido era el ex diputado Luis Alberto Villarreal, quien fue removido de su cargo por los mismos escándalos de corrupción.

¿Quién pondrá freno a Anaya y el manejo de los moches dentro del partido?

¿La Comisión Anticorrupción abrirá un expediente contra el dirigente por esas trapacerías?

¿Y la honestidad azul de Ricardo Anaya?

Al tiempo.

Milenio