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Desconfían de donación de órganos en Alemania

Alemania cuenta con una baja tasa de donación de órganos, insuficiente para cubrir la demanda en el país, algo que se achaca a la pérdida de confianza de los ciudadanos en el sistema.

Esa pérdida se generó a raíz de un escándalo destapado hace unos años sobre la manipulación de cifras para adelantar en la lista algunos pacientes que esperaban donaciones, pero también a la falta de financiación e inversión de las clínicas y a la falta de control por parte del Ministerio de Sanidad.

Por esos motivos, Alemania está intentando modificar el sistema de gestión de la donación de órganos, estudiando el modelo en otros países y lanzando campañas para aumentar la concienciación entre los ciudadanos.

Las encuestas señalan que cada vez más ciudadanos tiene una opinión positiva de la donación, pero sólo el 35 por ciento se ha decidido a ser donante.

Las cifras son alarmantes: el año pasado sólo había 877 donaciones de órganos disponibles frente a los más de 10 mil enfermos graves que esperaban un trasplante, según datos de la organización alemana de trasplantes DSO.

La cifra superaba ligeramente a los 864 órganos disponibles un año antes, pero es muy inferior a la de los años anteriores: en 2010 hubo mil 296 donaciones, en 2011 un total de mil 200 y en 2012 una cantidad de mil 046.

El punto de inflexión en 2012 estuvo marcado por el descubrimiento de un escándalo en el país.

En ese año se descubrió que la Clínica Universitaria de Leipzig, en el este, así como otros hospitales en Gotinga, Ratisbona y Múnich y también en Berlín, Bremen y Colonia falsificaron datos de pacientes para hacer parecer sus casos más graves de lo que eran y hacerlos escalar puestos en las listas de espera.

En ningún caso pudo demostrarse que los médicos hubieran obtenido dinero a cambio, ni tampoco se pudo probar que se beneficiara así a los pacientes que cuentan con seguro privado, pero desde entonces los centros de donación y trasplantes son controlados con mayor dureza.

El caso lastró duramente la confianza de los alemanes en el sistema y es considerado uno de los principales motivos por el que cayeron las donaciones, según opinan las organizaciones de seguros médicos en Alemania.

La cámara de médicos lo atribuye, sin embargo, a la financiación insuficiente por parte de las clínicas.

El presidente de la cámara de médicos, Frank Ulrich Montgomery, exige más transparencia sobre la donación y una mejor financiación para las clínicas. Por ejemplo, deben pagarse las charlas de orientación para los familiares de los potenciales donantes, estimó.

También el responsable de sanidad de los socialdemócratas, Karl Lauterbach, pide más dinero para financiar la donación y el trasplante.

El ministro alemán de Salud, Hermann Gröhe, quiere cambiar la situación y fomentar de forma decisiva la donación. “Las cifras actuales muestran que la confianza perdida se está recuperando muy lentamente”, señaló.

Pero la situación es grave en el país. “Más de 10 mil personas gravemente enfermas en Alemania esperan desesperadamente un trasplante. Y cada ocho horas muere una persona en lista de espera porque no se ha encontrado un órgano adecuado para él”, aseguró.

“La donación puede salvar vidas. Cualquiera puede verse mañana en la situación de depender de un trasplante, ya sea por que sufre un accidente o una grave enfermedad”, apuntó.

Por eso, el ministro pide un trabajo conjunto a todos los niveles para recuperar la confianza perdida. “Todas las partes deben trabajar juntas: médicos, hospitales, la organización alemana de trasplantes y los legisladores”, señaló.

Según la DSO (la organización alemana de transplantes), uno de los aspectos vitales es que los médicos aumenten la sensibilización sobre el tema en los hospitales, señaló el presidente de asuntos médicos de la organización, Axel Rahmel.

Según la ley que regula la donación y trasplantes en Alemania, a un donante sólo puede extraérsele un órgano cuando éste ha firmado una autorización de donante o manifestado explícitamente su voluntad de serlo. También lo pueden decidir los familiares cercanos.

En algunos países europeos todo paciente asegurado públicamente es un donante potencial si no manifiesta explícitamente su rechazo a serlo.

Pero Alemania apuesta por el modelo contrario en el que sea el donante quien dé el consentimiento a serlo de forma voluntaria, consciente e informada.

Así lo ha aprobado el Parlamento y así lo defiende el ministro de Salud, Hermann Gröhe.

Además, según la ley a un donante sólo puede extirpársele un órgano cuando ha entrado en muerte cerebral, es decir, en un estado de cese irreversible del funcionamiento del cerebro en su conjunto. No hay límite de edad para ser donante, lo principal es el estado en que se encuentren los órganos.

Está prohibido que donen órganos las personas que sufren una grave enfermedad, como cáncer o si es seropositivo.

A raíz del escándalo destapado en 2012, las regulaciones para determinar la muerte cerebral se endurecieron aún más: son ahora dos médicos, independientes uno de otro, quienes deben confirmar la muerte cerebral tras un examen exhaustivo.

Uno de ellos debe ser neurólogo o neurocirujano y ninguno de los dos deben tener intereses conocidos en un trasplante.

De esta forma se pretenden evitar diagnósticos erróneos en este campo tan sensible entre la vida y la muerte y también descartarse intereses económicos.

En cuanto al paciente que espera un órgano, la condición que debe reunir es estar en la lista de un centro de trasplantes.

Los órganos que con más frecuencia de extirpan en Alemania son los riñones, seguidos del hígado, pulmones, corazón, el páncreas y el intestino delgado.

El sistema de trasplantes y donación en Alemania es muy diferentes a otros como por ejemplo el español. En Alemania la donación depende de los diferentes estados federales y está coordinada de forma central por la DSO, con sede en Frankfurt.

Además, una peculiaridad del sistema alemán es que se gestiona por separado los órganos de los tejidos o las células, son muchas las entidades privadas que participan en el proceso y el Ministerio de Sanidad no está involucrado en el mismo.

Por otra parte, la distribución está desde 1969 a cargo de la empresa Eurotransplant, con sede en Holanda, que coopera con más de 70 centros de trasplantes en Bélgica, Alemania, Holanda, Luxemburgo, Austria, Eslovenia, Croacia y Hungría.

En el futuro Alemania quiere crear un registro de trasplantes a nivel nacional para hacer el sistema más transparente y además se ordenará a los seguros de enfermedad públicos y privados que informen a sus asegurados a partir de los 16 años de la posibilidad de gestionar una autorización como donantes, algo que harán de forma periódica cada dos años.

Sin embargo, las campañas lanzadas por el gobierno hasta ahora para incentivar la donación han caído en saco roto, denuncia la organización para la protección de los pacientes.

“Pese a los registros creados, el sistema sigue siendo poco transparente”, denunció el presidente de la Fundación, Eugen Brysch.

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