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Las familias diversas ya existen

“Mamá, papá, voy a firmar mi acuerdo de unión con Felipe”, dice una voz masculina que se apaga para dar paso a otra voz que advierte sobre los cambios sociales vividos en Chile en los últimos años e invita a participar en el Censo 2017 y los pre-censos de 2016. A diferencia de otros países de América Latina, en la nación andina aún no se aprueba el matrimonio igualitario, únicamente las uniones civiles. Sin embargo, desde 2012, tras varios años de insistencia del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, se incluyeron en el censo algunas preguntas referentes a la diversidad sexual.

A partir de dichas preguntas se supo que en el país sudamericano hay 34 mil 447 parejas del mismo sexo, 20 mil 406 son de mujeres y 14 mil 41 de hombres, datos que han servido para exigir al gobierno chileno el reconocimiento legal de estas parejas y que no tengan trabas para resolver situaciones de herencia, salud u otras.

Secreto a voces

familiasDepartamentos pequeños con acabados de madera o algunos otros materiales sofisticados, la mayoría de ellos rentados, con todos los servicios una computadora, internet, horno de microondas, buena infraestructura sanitaria, sin teléfono fijo pero con varios celulares, un auto y al menos una bicicleta para traslados diarios son características de la mayoría de los hogares conformados por parejas del mismo sexo en nuestro país, según el estudio Ilustración de las Familias en México, elaborado por el Instituto de Investigaciones Sociales, A.C., con base en el Estudio Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares en México de 2012 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Según el análisis, que se realiza cada dos años, 0.6 por ciento de las familias en México están conformadas por parejas del mismo sexo. El 73.3 por ciento de ellas se integra por hombres y 26.7 por ciento, por mujeres. El promedio de edad del jefe de familia es de 37.8 años, 11 años menos que el promedio de jefes de otros tipos de familia (48.6).

Quienes encabezan este tipo de hogares tiene un promedio de estudios por encima de la media nacional, pues la mayoría cuenta con estudios profesionales y de posgrado, y los menos, con 11 años de educación. De las 11 variantes de familia registradas en el estudio, ocupan el segundo escalafón en cuanto a bienestar: una de cada cuatro posee un nivel socioeconómico medio y dos de cada tres cuentan con un ingreso resultante de su trabajo mejor pagado que el de integrantes de otro tipo de familias.

Las familias de este tipo siempre han existido, pero por mucho tiempo han sido invisibilizadas, y en los últimos años es que se les ha reconocido como tales, advierte el estudio, que identifica que sus patrones de consumo son diferentes a los de otros núcleos familiares. Alrededor de 30 por ciento de los ingresos de esos hogares se destinan a esparcimiento, la compra de seguros de vida o de divisas extranjeras. Compran dos veces más alimentos enlatados, preparados y congelados, dulces y postres. Alrededor de 20 por ciento de su presupuesto está destinado a la compra de alimentos o bebidas consumidas dentro o fuera del hogar, pero gastan 25 por ciento más en comer fuera de casa que cualquier otro tipo de familia.

A su vez, su gasto destinado a la renta de una vivienda es nueve veces más alto que lo que pagan de agua y electricidad. Sólo destinan una tercera parte de sus gastos a los cuidados médicos y conservación de la salud y tienen dos veces más bicicletas que cualquier otro tipo de familia.

Al mismo tiempo, también hay contrastes porque no todos los hogares cuentan con electrodomésticos básicos como refrigeradores o estufas y pocos tienen una vivienda propia. Además, son el tipo de familias más expuestas a la marginación y presión social.

Una realidad en 198 mil hogares

En nuestro país, al menos 198 mil familias son encabezadas por parejas del mismo sexo, según un análisis de los datos de la Encuesta Intercensal del INEGI, aplicada en 2015, realizado por Luis Ortiz Hernández y Valeria Vega López, del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. Esta cifra la obtuvieron a partir de la identificación del sexo del jefe de familia y de su pareja, pues en la encuesta no hay una pregunta expresa sobre la orientación sexual de las personas.

De estas familias, poco más del 50 por ciento tiene hijos, registrándose el mayor porcentaje en entidades como Aguascalientes (72.1 por ciento), Guerrero (63.1 por ciento), Chiapas (62.2 por ciento), Sonora (62.1 por ciento) y Durango (61.1 por ciento), mientras que en Veracruz (48.8 por ciento), Quintana Roo (45.3 por ciento), Yucatán (44.8 por ciento), Coahuila (44.5 por ciento) y Ciudad de México (38.2 por ciento) el número de descendientes es menor.

El Estado de México es la entidad con el mayor número de hogares homosexuales (30 mil 782), seguido por la Ciudad de México (18 mil 199), Jalisco (13 mil 54), Veracruz (11 mil 830) y Puebla (8 mil 655). En contraparte, Campeche (mil 346), Baja California Sur (mil 353), Colima (mil 363), Aguascalientes (mil 678) y Tlaxcala (dos mil 37) registran el menor número de familias donde los padres son del mismo sexo.

De acuerdo con los investigadores, las cifras indican que los estados con más población total tienen más familias de parejas del mismo sexo y resultó curioso que en la capital mexicana, donde mayores avances hay en materia de reconocimiento de derechos de la diversidad sexual, las familias tengan un menor número de hijos, al igual que en Coahuila y Quintana Roo donde es posible el matrimonio igualitario sin necesidad de un amparo.

Para los expertos, estas cifras aún no pueden ser consideradas como definitivas debido a que son estimaciones derivadas de estadísticas oficiales pero no de respuestas a preguntas específicas, por lo que cabe la posibilidad de que algunas personas homosexuales no contesten con información verídica por temor a padecer estigma o discriminación, señaló Ortiz Hernández, quien recordó que en el caso de Estados Unidos las cifras obtenidas en los censos han sido menores a los números reales, o se omite registrar a parejas lésbico-gay que cohabitan pero no son jefes de familia.

Los cálculos anteriores muestran que en gran parte de los hogares de parejas del mismo sexo no hay un matrimonio civil de por medio. Un conteo realizado por LetraeSe a través de solicitudes de información a la mayoría de los gobiernos estatales, de 2010 –fecha en que se formalizaron los primeros matrimonios igualitarios– a 2015, evidenció que se celebraron casi ocho mil uniones en todo el país, algunas mediante juicio de amparo y otras sin necesidad de éste.

Una medida que ayudaría a obtener más información sobre los hogares encabezados por parejas del mismo sexo es que en los censos y encuestas oficiales se registre la orientación sexual e identidad de género de quienes participan.

Otras experiencias

El 1 de abril de 2001, la definición de matrimonio, a escala global, cambió respecto a lo que por siglos se había entendido como tal. Bajo la sombra de una estatua del filósofo Baruch Spinoza y frente al ayuntamiento de Ámsterdam, tres parejas conformadas por hombres y una por mujeres se convirtieron en los primeros matrimonios igualitarios reconocidos oficialmente. A partir de esa fecha, la Oficina Central de Estadísticas de Holanda ha llevado un registro pormenorizado del número de parejas que han contraído matrimonio año con año hasta 2015: 10 mil 135 de hombres y 11 mil 185 de mujeres. Esto les ha permitido observar que desde 2003, ha aumentado el matrimonio entre mujeres, y que mientras los hombres gay se casan alrededor de los 43 años, las mujeres lesbianas lo hacen a los 39.

España marcó pauta para los países de América Latina al ser uno de los primeros países de Europa en aprobar los matrimonios entre personas del mismo sexo. El trazo de esa realidad ha sido incluido desde 2011, fecha en que el Instituto Nacional de Estadística realizó el último censo de población en el país ibérico, el cual, en el apartado de Parejas y núcleos, incluyó el rubro de parejas del mismo sexo. Según las cifras obtenidas, de 13 millones 694 mil 252 parejas, hay 17 mil 67 conformadas por mujeres y 37 mil 853 por hombres. No todas son, necesariamente, matrimonios.

Con el lema “Todos contamos”, el censo 2010 de Estados Unidos invitó a las personas integrantes de la comunidad LGBTI a participar en el conteo. Ahí se observó que 780 mil hogares son encabezados por una pareja del mismo sexo: 377 mil por hombres y 405 mil por mujeres; la mayoría están formados por personas caucásicas, con edad promedio de 48 años. Casi 50 por ciento tiene estudios de licenciatura concluidos y más de 70 por ciento cuenta con empleo. Casi dos tercios de ellas son dueñas del lugar que habitan. Alrededor de 20 por ciento de estas parejas tiene al menos un hijo, ya sea propio o adoptado.

 

Actualmente, la Oficina de Censos estadunidense trabaja en el perfeccionamiento de los cuestionarios por aplicarse durante 2020, año en que se realizará el próximo censo, a fin de obtener resultados más fidedignos y cometer menos errores en los registros. El cambio más significativo podría ser la pregunta sobre el tipo de relación que tiene el entrevistado con otros integrantes del hogar. Algunas de las opciones de respuesta serían: “pareja del mismo sexo no casada” y “esposo o esposa de persona del mismo sexo.”

Más allá de un número

Conocer el número de parejas del mismo sexo no sólo es un dato estadístico, indicó Luis Ortiz Hernández, sino que implica el reconocimiento de la diversidad de hogares en un país, las cuales, requieren de políticas públicas, además del respeto a sus derechos humanos. “Cómo están diseñados los censos refleja cuáles son las prioridades del Estado. Si sólo reconoce al matrimonio heterosexual como la única forma de organización de la familia o de la convivencia cotidiana, así lo evaluará y medirá. Si comienza a reconocer la diversidad, entonces debe plasmarlo en sus estadísticas”.

Sin embargo, para el investigador, faltaría en los censos realizar preguntas sobre la orientación sexual o la identidad de género, contar con un mecanismo para registrar a las parejas del mismo sexo de manera directa, y proteger la confidencialidad de las personas para que la experiencia fuera exitosa. Además, no sólo en los censos se debería indagar la orientación sexual de los ciudadanos, sino también en las encuestas que se realizan de forma regula, principalmente por el INEGI. Esto permitiría tener una verdadera noción de sobre quiénes se habla cuando se habla de diversidad sexual.

Algunas cifras:

Quienes encabezan este tipo de hogares tiene un promedio de estudios por encima de la media nacional, pues la mayoría cuenta con estudios profesionales y de posgrado, y los menos, con 11 años de educación.

De las familias encabezadas por parejas del mismo sexo, poco más del 50 por ciento tiene hijos. El mayor porcentaje se registra en entidades como Aguascalientes (72.1 por ciento),

Guerrero (63.1 por ciento), Chiapas (62.2 por ciento), Sonora (62.1 por ciento) y Durango (61.1 por ciento).

*Publicado en el número 242 del suplemento Letra S del periódico La Jornada

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