Experimento arroja dudas sobre la hoguera en caso Iguala
José Torero realizó un experimento en el que quemó hasta cuatro cuerpos de cerdos al mismo tiempo.
Aún hay mucho por desenmarañar en el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero.
Y en un episodio más sobre las investigaciones que se llevan a cabo en ese caso, el científico José Torero, que actuó como perito del Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI), basándose en cálculos sobre la cantidad de madera que debería haberse empleado, negó la posibilidad de que los estudiantes hubiesen sido quemados en el basurero de Cocula.
Ese experimento vuelve a enfrentar a padres de los normalistas con la versión oficial (llamada “verdad histórica”) sobre que los jóvenes fueron llevados a dicho lugar por integrantes del cártel de “Guerreros Unidos” y los quemó.
Torero, profesor de la Universidad de Queensland (Australia), realizó un experimento, que publicó la revista Science, en el que incineró un cadáver de cerdo de 70 kilogramos en vez de uno humano y utilizó 630 kilogramos de madera para cada uno de ellos.
Indicó que por esta razón, se hubiesen necesitado más de 27 mil kilogramos de madera para quemar los 43 cuerpos de los normalistas desaparecidos y aun así habrían quedado restos de materia orgánica.
Torero dijo que incluso en caso de haber sido dispuesta tal cantidad de madera, las intensas llamas habrían dejado marcas en el tronco de los árboles cercanos.
Señala, que no obstante, cuando visitó el basurero de Cocula, 10 meses después de la supuesta incineración de los normalistas, no observó ningún tipo de marcas.
“Torero también quemó hasta cuatro cuerpos de cerdos al mismo tiempo a fin de determinar si la grasa corporal podría haber servido como combustible para el fuego, facilitando la incineración total. Sin embargo, los investigadores advirtieron que cada vez que se agregaba un cuerpo, la intensidad del fuego disminuía. Por lo tanto, para quemar 43 cuerpos juntos se hubiera necesitado una cantidad mucho mayor de madera que si se los hubiera quemado por separado”, indicó la revista.
Al respecto, Cox Vidal, abogado y miembro del GIEI, los experimentos de Torero son un elemento más para confirmar que la llamada “verdad histórica” (frase con la que el exprocurador general Jesús Murillo Karam denominó la teoría del gobierno acerca de este crimen) es imposible.
Cabe destacar que en abril pasado, una comisión de científicos convocada por el Gobierno desechó las teorías de Torero y concluyó, en un informe que no se ha hecho público, que en el vertedero se había registrado “un evento de fuego de grandes dimensiones” donde “al menos 17 adultos” fueron quemados y que existía la posibilidad, sujeta a "una prueba a gran escala", de que todos los normalistas desaparecidos ardieran ahí.