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Crece violencia contra transexuales en Italia

Pese a que en años recientes la situación de las personas transexuales o transgénero en Italia ha mejorado, el país se encuentra aún en el segundo lugar europeo, detrás de Turquía, en discriminación y violencia hacia ese grupo de la población.

Para Porpora Marcasciano, figura de referencia del movimiento transgénero italiano y presidenta del Movimiento de Identidad Transexual (MIT), la explicación del fenómeno no puede prescindir de considerar que Italia es sede del Vaticano.

“El hecho de que el Vaticano esté en Italia es determinante en el sentido de que quienes dicen que no son influenciados por esa fuente pero discriminan y son violentos, y en realidad tienen el tipo de prejuicio difundido por la Iglesia. Un prejuicio primario que dice que Dios ha creado al hombre y a la mujer y que todo lo demás es abominación”, consideró.

En entrevista con Notimex, dijo que hace algunos años una comisión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estuvo en Italia para analizar las causas del feminicidio, pero también visitó la sede del MIT en la ciudad de Bolonia con el objetivo de entender la violencia contra los transexuales, que igualmente es una violencia de género.

“El problema radica en que Italia es un país en el que muchos representantes políticos y autoridades tienen discursos de odio y discriminación y lanzan anatemas contra determinadas categorías de personas. Obviamente ello se traduce en violencia, que no es una violencia connatural al país, sino un factor cultural”, afirmó.

Marcasciano dijo que aunque cada año cientos de transexuales sufren violencia de algún tipo, los datos incompletos señalan que en lo que va de 2016 al menos nueve han sido asesinados y que además de la violencia enfrentan problemas de inserción laboral e inclusión social.

“En esos ámbitos no han sido alcanzados aún los parámetros europeos o de una democracia normal, porque las personas transexuales son muy discriminadas, especialmente en el acceso al empleo”, anotó.

En los últimos años, las cosas han mejorado bajo la presión de la Unión Europea (UE), pues mientras en la década de los años ochenta la mayoría de transexuales femeninos se veía obligada a prostituirse para subsistir, hoy ese porcentaje ha disminuido notablemente.

En ese sentido, el MIT estima que en Italia hay unas 50 mil personas transexuales, de las cuales aproximadamente 10 mil se prostituyen y de estas últimas el 60 por ciento son de origen sudamericano, el 30 por ciento italiano y el 10 por ciento asiático.

Citó que “el drama de los transexuales nace porque así es visto en el contexto social, que construye su edificio de exclusión bajo los pilastres del miedo (…). La prostitución no es entonces un fin, sino un medio para superar la pobreza, por lo que es necesario restituir a los transexuales la conciencia de que tienen derechos y la capacidad de interactuar libremente con su medio ambiente”.

Para Cristiano Berti, coordinador de la asociación Free Woman, fundada hace más de una década por la organización Cáritas de la ciudad de Ancona, la parte más visible de los transexuales es todavía la prostitución en las calles, porque su inserción laboral es difícil.

“No les es fácil encontrar empleo por la incapacidad de la sociedad italiana en general de aceptar la diversidad”, anotó.

Dijo que Free Woman ha incluido a casi 200 personas (exprostitutas y transexuales), en un programa de protección social y ha activado siete mil contactos (en Ancona y otras ciudades del centro de Italia) con mujeres y personas transgénero que se prostituían.

Marcasciano resaltó que las personas transgénero son definidas como tales en función de su aspecto exterior, pero que entre los casi 700 usuarios que se han dirigido al MIT de Bolonia hay individuos muy diferentes entre sí, de 18 a 65 años de edad, y varios casados.

Refirió que ha habido progresos en lo que se refiere a la posibilidad de cambiar de nombre y de género en los documentos oficiales sin tener necesariamente que pasar por una operación de cambio de sexo.

“El año pasado obtuvimos una importante sentencia de la Corte Suprema que aprobaba esa posibilidad y desde entonces se han abierto muchos procedimientos en diversos tribunales.

Ello, pese a que en el Parlamento el tema no interesa, pero en donde la política no ha cumplido lo han hecho los tribunales. Hemos obtenido mucho, pero todavía nos queda mucho por lograr en un país que sobre este tema está dividido entre lo confesional y lo laico”.

En Italia la operación de cambio de sexo es regulada por una ley “ad hoc” y debe ser autorizada por una sentencia judicial luego que el candidato haya presentado una instancia en ese sentido y haya sido examinado por un siquiatra, un sicólogo o un sexólogo y un endocrinólogo.

Una vez obtenida la autorización se inicia una terapia hormonal y otra sicológica y después viene la operación. Todo el proceso puede ser realizado a través del sistema sanitario público (prácticamente gratis) o mediante el privado.

Tras la operación se regresa al tribunal para obtener el cambio de sexo en los documentos oficiales, aunque, como lo señalaba Marcasciano, ahora algunos jueces ya no piden el expediente clínico que documente la intervención quirúrgica, sino que solamente se basan en pericias psicológicas para autorizar la nueva identidad.

 

Pulso Político On Line/ Notimex/ Foto: Internet