Diversidad sexual divide a Colombia
La polémica surgió tras la publicación de la cartilla realizada en el marco de un convenio con agencias de Naciones Unidas y el Ministerio colombiano de Educación.
Para la elaboración del documento se realizó una amplia consulta con organizaciones de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero), entre ellas la ONG Colombia Diversa, la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia y la Secretaría de Educación de Bogotá.
La revisión de los manuales de convivencia en Colombia fue ordenada por un fallo conocido como “la Sentencia de Sergio Urrego”, acerca del caso de un joven que se suicidó tras sufrir acoso y discriminación por parte de profesores y directivos en el colegio donde estudiaba.
La Corte Constitucional de Colombia precisó en su sentencia que los ajustes de los manuales de convivencia debían hacerse teniendo en cuenta el respeto por la diversidad sexual.
Con base en esta sentencia, el Ministerio de Educación optó por cumplir con la asesoría de agencias de Naciones Unidades, y desarrolló el proyecto de las nuevas cartillas, que ocasionaron la reacción de los sectores ultraconservadores de Colombia.
El debate se inició en las redes sociales con la difusión de cartillas falsas, llenas de contenidos morbosos, que no tenía nada que ver con el material oficial bajo la responsabilidad del Ministerio de Educación y de su titular, Gina Parody, una lesbiana declarada.
De las redes sociales, la polémica se trasladó a los medios de comunicación, al interior de las comunidades religiosas, en la academia para llegar a la plenaria del Congreso, donde la ministra Parody fue citada para que sustentara la validez de la cartilla.
Para Parody y para la comunidad LGTB el debate de las cartillas tiene características “homofóbicas y de intereses políticos”.
En su participación en el congreso, la funcionaria fue categórica en afirmar que en el gobierno del ex presidente Alvaro Uribe Vélez (2002-2010) también se elaboraron y difundieron cartillas para cumplir con el fallo de la Corte Constitucional.
Los sectores ultraconservadores, liderados por el movimiento derechista Centro Democrático, fundado por Uribe Vélez, calificó el debate de las cartillas como “ideología de género, que para Parody, no es más que una campaña de “manipulación masiva con claros intereses políticos y de homofobia.
“El verdadero escándalo es que con mentiras y manipulación, congresistas y políticos cocinaron una manifestación contra una campaña que el país viene implementando desde hace más de 20 años. Lo hacen por odio, por intolerancia, porque soy lesbiana”, aseguró la ministra de Educación.
La pregunta que se hacen algunos expertos, es si este escándalo se hubiera dado con tanta fuerza con una persona heterosexual al frente del Ministerio de Educación.
Uribe Vélez sustentó que las cartillas de convivencia y sexualidad, “no ignoraban la familia, estas sí. La excluyen. Estas se basan en una interpretación restringida de los derechos humanos y entonces excluyen la familia y creen que todo tiene que ser la ley; y entonces excluyen también un valor que es la moral”, explicó.
Agregó que esas cartillas sugerían un manual y no lo imponían, contrario a lo que a su juicio ocurre con las actuales polémicas en materia de educación sexual y diversidad.
“Es muy distinto un manual explicativo con un manual impositivo”, puntualizó el líder de la derecha colombiana.
Lo preocupante es que Colombia camina hacia la construcción de una paz después de 52 años en confrontación armada, los sectores ultraconservadores, que también se oponen a la firma del Acuerdo Final de Paz, pregonen que no aceptan igualdad “de las minorías sexuales”.
Para el investigador y politólogo Fernando Giraldo, este tipo de debates tendrán que darse en toda su profundidad en la sociedad colombina, si quiere avanzar a estadios más elevados en defensa de los derechos para el conjunto de la sociedad, independientemente de su género, raza o credo.
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