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Egresados del Politécnico desarrollan App de verificación vehicular

Egresados del Politécnico desarrollan App de verificación vehicular

Autoridades de India, Francia, Corea del Sur, Singapur, Malasia y Estados Unidos se han interesado en la investigación

Se imagina usted cómo sería la Ciudad de México si cualquier conductor con sólo abrir una aplicación en su celular pudiera conocer la cantidad exacta de contaminantes que su automóvil envía al atmósfera o, mejor aún, ahorrarse la visita al verificentro, y con sólo mirar la pantalla de su teléfono saber, en tiempo real, si el vehículo cumple con los límites máximos permisibles de emisión de gases contaminantes. Ese escenario fue el que hace cinco años se planteó Mario Matamoros, egresado del Centro de Investigación de Cómputo (CIC) del IPN.

Este proyecto, que inició como un trabajo de tesis en 2011, está a meses de convertirse en una realidad.

Aunque todavía continúa en desarrollo el prototipo y faltan algunas pruebas por realizarse, este trabajo, por lo novedoso,  comenzó a generar ruido en diferentes partes del mundo.

Instituciones académicas y autoridades de India, Corea del Sur, Singapur, Malasia, Estados Unidos y Francia se han puesto en contacto para tener más detalles de esta investigación con Mario Matamoros y otros seis académicos del CIC, integrantes del equipo: Amadeo Argüelles, doctor en inteligencia artificial; doctor Luz Noé Oliva, especialista en autotrónica; Paola Ruiz, diseñadora de aplicaciones móviles; Cedric Caballero, de sistemas electrónicos; Rubén Zúñiga, de sistemas embebidos y Gilberto Guerrero, diseñador mecánico.

“Lo que llamó mucho la atención son los estudios que hemos hecho sobre los reportes de la actividad de contaminantes a través de las aplicaciones móviles. Francia ha sido el país más interesado, pues nos acaba de invitar a un congreso de salud pública”, comentó a Excélsior Mario Matamoros, maestro en Ciencias en Ingeniería de Cómputo del IPN.

Mientras en el extranjero comienza a ser referencia este proyecto, en México ninguna autoridad se ha acercado al CIC para indagar sobre los resultados que el equipo ha obtenido durante estos cuatro años de investigación.

Pero, ¿cómo un conductor, igual que usted, va a poder conocer en tiempo real el comportamiento de  las emisiones contaminantes de su vehículo?

Este grupo de investigadores está desarrollando un pequeño dispositivo que al ser colocado en el escape del automóvil realizará directamente el monitoreo de las emisiones de los cinco gases que se evalúan en los verificentros: dióxido de carbono, oxígeno, hidrocarburos, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno; para después, a través de internet, enviar los resultados a una plataforma móvil en forma de gráficos que le indicarán, además, la hora y su ubicación.

Hasta ahora, Mario Matamoros ha logrado monitorear desde su celular las emisiones contaminantes de diversos automóviles con un sensor de siete kilos.

“Estamos trabajando en volver diminuto todo el sistema de monitoreo con el que hemos hecho las pruebas, y que el sensor en lugar de pesar siete kilos no supere los 300 gramos, y que en vez de una caja grande, no rebase el tamaño del escape”, explicó Matamoros, quien también labora en una empresa creada por politécnicos, dedicada al desarrollo de tecnología.

Una de las funcionalidades de la aplicación multiplataforma (móvil, tablet o computadora) que crearon estos investigadores ya comenzó a monitorear uno de los gases derivados del funcionamiento del automóvil y que ha causado las últimas contingencias ambientales: ozono.

A esta aplicación móvil la llamaron Sistema de Monitoreo Ambiental en Áreas Específicas (SIMAE), y tiene el logo de una jacaranda, por ser uno de los árboles que más embellece a la Ciudad de México.

Lo más revolucionario en este proyecto, de acuerdo con los investigadores del IPN, es que por primera vez se están midiendo emisiones contaminantes en un contexto real, a través del uso cotidiano de los vehículos en la Ciudad de México, y no en un ambiente simulado, como el que existe en los verificentros.

También en esta app está considerando de forma periódica, semanal o mensual, indicar la cantidad en kilogramos de contaminantes que un vehículo arroja a la atmósfera, y no sólo medir la concentración de gases como sucede actualmente.

“Nuestro propósito es contribuir con las autoridades ambientales a gestionar la regulación del uso del automóvil con base en las condiciones reales de operación, que permita más allá de la prohibición de circular tales o cuales días, generar una estrategia de resguardo de emisiones enfocada directamente a la cantidad de contaminantes producidos”, afirmó Mario Matamoros.

Una de las mayores críticas que diversos especialistas han expresado a la prensa, como el doctor Rogelio González, del Departamento de Termofluidos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al nuevo mecanismo de verificación vehicular (que se implementó desde el 1 de julio en la zona metropolitana y se realizará  por medio de la computadora del vehículo, llamado OBD2) es precisamente que sólo medirá la concentración de contaminantes mas no la cantidad que se arroja al ambiente.

Durante estos cuatro años de estudio, este grupo de investigadores llegó a la conclusión de que no es garantía para la buena calidad del ambiente establecer la verificación vehicular cada semestre, pues ningún automóvil está exento de sufrir alguna avería en el motor antes de su siguiente monitoreo, que termine produciendo una gran emisión de gases contaminantes y violando los límites permitidos por la Semarnat, sin que la autoridad se lo advierta.

De acuerdo con un estudio reciente (Proaire 2002-2010), los vehículos automotores, que superan los tres y medio millones de unidades en la Zona Metropolitana de Valle de México, son la principal fuente de contaminación atmosférica. Y para satisfacer la demanda de energía de esta inmensa flota, que por lo regular recorre largos viajes a velocidades lentas, requiere diariamente del consumo de  18 millones de litros de gasolina, 4.5 millones de litros de diesel y 700 mil litros de gas licuado de petróleo.

Antes de 2017, Mario Matamoros espera tener este pequeño sensor entre sus manos y a partir de la tecnología mejorar la calidad del aire de la Ciudad de México, que durante este año se ha caracterizado por ser mala y muy mala.

El precio aproximado de esta tecnología, para que un conductor como usted pueda adquirirla, no deberá rebasar los 2 mil 500 pesos e incluirá el sensor para monitorear el escape de su vehículo y la aplicación móvil.

“Nosotros no dudamos que si las autoridades en México no se interesan por este tipo tecnología, en el extranjero alguien más lo haga”, aseguró Amadeo Argüelles, doctor en inteligencia artificial del IPN.

Excélsior