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Cáncer colorrectal, malos hábitos

 

Xochitl Celaya Enríquez

cancerLos malos hábitos alimenticios y la vida sedentaria de la población han incrementado el número de personas con cáncer colorrectal. Éste es el cuarto cáncer más frecuente y se estima que en los próximos 25 años aumentará el número de casos en un 70 por ciento.

La encuesta Globocan 2012, realizada por la Organización Mundial de la Salud, arrojó que el cáncer colorrectal es la cuarta causa de cáncer más frecuente y se ha convertido en la quinta causa de mortalidad asociada al cáncer en México. Según la Sociedad Mexicana de Oncología, en los próximos 25 años aumentará hasta 70 por ciento el número de personas con esta patología.

El cáncer colorrectal (CCR) se desarrolla por el consumo excesivo de alimentos procesados que generan acumulación de tóxicos en el colon y forman tumoraciones que pueden convertirse en cancerígenas, explicó Luis Alberto Tavares de la Paz, cirujano oncólogo del Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío. Tavares detalló que el consumo de alimentos nocivos, a largo plazo, lastima el colon, ya que el alto contenido de químicos produce un tipo de tumor, llamado pólipo, en el intestino grueso, que no implica peligro en etapas tempranas pero se puede malignizar con el tiempo y convertirse en canceroso.

Factores de riesgo y síntomas

El principal factor de riesgo para padecer CCR es el sobrepeso u obesidad causados por una dieta alta en grasa y un alto consumo de carnes rojas y embutidos procesados, así como la baja ingesta de fibra natural. Además, la poca o nula actividad física, fumar y el consumo excesivo de alcohol incrementan las probabilidades de desarrollar este padecimiento.

Mujeres y hombres tienen las mismas probabilidades de presentar CCR después de los 50 años de edad, sin embargo, se ha incrementado la prevalencia en población joven.

Tavares de la Paz aseguró que esta patología se detecta con mayor frecuencia en etapas avanzadas, pues aunque el cáncer esté situado muy cerca del ano y se manifieste con sangrado, constipación e incomodidad (muy similar al cuadro clínico de las hemorroides), las y los pacientes recurren a medicamentos que calman las molestias pero permiten que la tumoración evolucione. En etapas tempranas no se presentan síntomas, por ello se debe prestar atención porque si existen antecedentes familiares de CCR, se tiene un factor de riesgo.

De acuerdo con Erika Ruiz, coordinadora del Laboratorio de Medicina Traslacional del Instituto Nacional de Cancerología, el dolor abdominal, la constipación crónica, evacuaciones anormales (adelgazamiento de las heces), sangrado rectal, náuseas, vómito, pérdida de peso sin razón aparente y cansancio excesivo, son síntomas a los que se les debe prestar atención inmediata pues pueden ser reflejo de que el colon está afectado.

Diagnóstico y tratamiento

Las personas con colitis inespecífica y antecedentes de pólipos colorrectales, así como aquellas que hayan presentado enfermedad inflamatoria en el intestino, deben prestar mayor atención para detectar de forma oportuna esta afección.

Ante la presencia de algunos de los síntomas mencionados se recomienda acudir con un gastroenterólogo para que realice una colonoscopía, que consiste en introducir una cámara en el intestino para revisar todo el colon. Con este estudio pueden detectarse tumoraciones en etapas tempranas.

Hugo Barreto, gerente médico de la Unidad de Oncología del laboratorio Merck, explicó que una vez que se ha detectado una tumoración se debe de realizar la prueba RAS o test de biomarcadores, que consiste en extraer tejido para conocer si el paciente con CCR tiene una mutación del gen cancerígeno. Este estudio es importante pues 50 por ciento de los pacientes tienen una mutación del gen y es probable que no respondan a ciertos fármacos, por ello se debe diseñar un tratamiento personalizado.

Tavares de la Paz aseguró que para atender el CCR, incluso en etapa metastásica, se requiere de médicos y cirujanos oncólogos, radioterapeutas y patólogos que puedan diseñar un tratamiento individualizado para una mejor respuesta. Esto implica estudiar la edad y sexo del paciente, tipo y ubicación del tumor, enfermedades colaterales y hábitos de la persona, y conocer qué fármaco y cirugía son más convenientes para los pacientes.

Además de la radiación y la quimioterapia, existen fármacos biológicos o terapias blanco que tienen mayor eficacia y mejor perfil de seguridad, lo cual permite incrementar la expectativa de vida.

Esperanza de vida

Con un tratamiento personalizado, las y los pacientes con cáncer de colon que desarrollan metástasis en hígado, pueden curarse con fármacos específicos y una hepatectomía, que consiste en retirar un pedazo de hígado. Sin embargo, aquellos que no son candidatos a estas cirugías pueden alcanzar una sobrevida de seis o más años, de ahí la importancia de estudiar bien a cada paciente. En la actualidad este tipo de cáncer no es sinónimo de muerte.

*Texto publicado en el número 239 del suplemento Letra S del periódico La Jornada

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