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Segunda vuelta española

La segunda vuelta electoral española no habrá de resolver mucho; es necesario un rediseño institucional.

 

1. Segunda vuelta española.

 
La dispersión del voto en España, resultante de la severa crisis de legitimidad causadas por la crisis que ha azotado al mundo desde hace ocho años, ha derivado en la disolución de las Cortes recientemente electas y la convocatoria a nuevas elecciones generales para el 26 de junio próximo, en lo que constituye una virtual segunda vuelta para lograr definir una mayoría gobernante.

 

Siendo un sistema parlamentario, la negociación de una coalición política no debiera ser un problema mayor, como sucede en otras democracias similares, sea el Reino Unido o Alemania, por ejemplo; en este último país, la canciller Angela Merkel pudo, inclusive, integrar una "gran coalición" con su adversario histórico, para lograr el gobierno más estable desde la Segunda Guerra Mundial.

 
En España, no obstante, las cosas no fueron así. El bipartidismo imperante se rompió, surgieron nuevas formaciones políticas con buena presencia electoral, como son Podemos, en la radical izquierda, y Ciudadanos, en el centro-derecha, que le disputan la hegemonía a los partidos históricos, el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español.

 

La crisis política que dio al traste con la primera voluntad de los electores, es decir, que se formará un gobierno de coalición, fue determinada por la actitud "de veto" asumida por uno de los partidos más radical, Podemos, que no obstante ser tercera minoría, insistió en cortar la cabeza de la primera minoría, en este caso Mariano Rajoy.

 

En la Cámara de Diputados de 350 escaños que se disuelve, el Partido Popular obtuvo 123 asientos, seguido por el PSOE con 90, Podemos con 69 y Ciudadanos con 40.

 

Aritméticamente, las coaliciones posibles pudieron ser los dos partidos más grandes, en una "gran coalición", o bien, uno de los grandes con los dos más pequeños.Nada de esto pudo suceder por el encono y animosidad del líder de Podemos, Pablo Iglesias, para descalificar a Mariano Rajoy en la integración de un futuro gobierno, seguido de la firmeza de este último para no hacerse a un lado, habiendo sido la minoría más votada o, dicho de otro modo, la mayoría relativa.

 
Al no ser posible integrar un gobierno, el rey de España, jefe del Estado, debió disolver las Cortes y pedir a los ciudadanos que resuelvan otra vez con su voto, la imposibilidad de construcción de acuerdos entre los partidos., buscando que sean estos quienes guíen la decisión de quienes deben gobernar.

 

Al momento, según se puede apreciar, las cosas no serán muy distintas en la próxima elección, a menos que sucediera algo imprevisible (por ejemplo, que el rey llamara a votar en algún sentido). Las encuestas indican que los españoles habrán de ratificar el sentido en el que votaron, con ligeras modificaciones; el PP podría incrementar sus lugares a 130, siendo otra vez la mayoría relativa; el PSOE podría perder algunas siete bancas situándose en 83; Podemos, en alianza con Izquierda Unida ganaría unos pocos lugares para llegar a 79 u 80, en tanto que Ciudadanos vería mermados sus números, quedando con unos 35 diputados.

 

Vistas así las cosas, si los dirigentes electos serán los mismos dado que encabezan las respectivas listas electorales (en España el sistema es plurinominal simple), es posible que tras las elecciones en segunda vuelta los dirigentes se encuentren ante el mismo dilema; como negociar un gobierno de coalición, si persisten las intransigencia de Iglesias y Rajoy, dirigentes de Podemos y del PP, respectivamente.

 

Otras cosas podrían suceder, por supuesto, como que los españoles se volcarán y dieran un mensaje más claro, por ejemplo, como mera hipótesis, que redujeran la votación para el radicalismo y la incrementaran visiblemente para el centrismo, con lo que Albert Rivera pudiera ser el más viable para unir a los contrarios e integrar Gobierno.

 

 

2. Mecanismos de diseño institucional.

 
No obstante, es de observar que en realidad, en España no hay ninguna estructura electoral o política que pudiera resolver la crisis política si se volviera a presentar; lo que cabría pensar en el futuro inmediato, es dejar alguna previsión constitucional para resolver la cuestión, haciendo posible en última instancia que un gobierno con mayoría relativa pudiera integrarse; o bien, en el plano estrictamente electoral, establecer lo que es realmente una "segunda vuelta", que consistiría en que sólo se presentarán a una segunda elección, los partidos que ocuparán primero y segundo lugar en las votaciones, lo que realmente estimularía el "voto útil".

 

En realidad, ante una perspectiva de dispersión electoral entre múltiples partidos, la opción del gobierno de coalición es siempre la más viable, pues permite integrar las mejores propuestas y a los partidos más votados en un gobierno plural; en ese sentido, el incentivo correcto para lograr la integración del gobierno, es establecer que, si tras dos o tres rondas de investidura no se logrará integrar gobierno, entonces el Jefe del Estado podría asignar el número suficiente de diputados a la integración del gobierno, conforme a la disposición de estos para sumarse a una lista mayoritaria, en razón de Estado.
Podría haber otros esquemas de diseño institucional, sin duda, como el establecimiento de una cláusula de gobernabilidad o la elección directa del Presidente del Gobierno por los electores en un auténtico esquema de división de poderes, pero lo que parece claro es que la Constitución española requiere modificarse para integrar las nuevas realidades del pluralismo en la democracia, lecciones que sin duda también en México también muy pronto deberemos tomar.

 

 
3. Persistencia de riesgos globales.

 

En el contexto económico, los mercados recobran la calma poco a poco, después de la turbulencia financiera en el primer trimestre del año. No obstante, persisten los siguientes riesgos:
La Reserva Federal norteamericana podría continuar con el proceso de normalización a finales del trimestre, mientras que el Banco de Europa y el de Japón han ampliado el estímulo monetario, lo que significa que eventualmente las tasas de interés habrán de seguir su ascenso quizá en un medio punto más de aquí a fin de año. Ello significa de inmediato, incremento en el costo del dinero.
La desaceleración de la economía de China continúa, si bien en línea con lo anticipado; el índice de manufactura se mantiene bajo, lo que pone nerviosos a los mercados; a cambio, el Banco Central de China ha fortalecido la estabilidad del yuan.

 

El crecimiento global podría resultar más lento ante una situación más difícil en economías emergentes; ya los organismos multilaterales del 6.- y Banco Mundial han descontado un par de décimas a este indicador, situándolo en 3.4 por ciento, con mayor efecto, como se ha dicho, en las economías emergentes, varias de ellas en franca recesión como Brasil o rusia
(4) Se espera una recuperación moderada de los precios del petróleo en el segundo semestre del año, entre 40 y 50 dólares el barril; sigue el vaivén y la sobreoferta que están atizando Irán y Rusia, necesitados de dólares cómo están. Se está inundando el mercado con hasta 32 millones de barriles diarios, cuando la necesidad de consumo es de 29 millones.

 

Es muy probable que el Reino Unido decida permanecer en la Unión Europea, en el referéndum del 23 de junio;
La crisis política en Brasil se profundiza;

 

 

4. Fisco más estable.

 
En México, el tema fiscal vuelve a ser el centro de atención ante medidas adoptadas por la Secretaría de Hacienda;
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray ha insistido en el éxito de la Reforma Fiscal (que ha permitido un incremento en la recaudación tributaria de hasta 4.6 por ciento del PIB). Es por ello que debido a estas contribuciones fiscales inéditas se está pudiendo hacer frente a la crisis económica, como la caída en los precios del petróleo.

 

Además, señala la autoridad tributaria que a partir de la Reforma Hacendaria la recaudación tributaria no petrolera tuvo un incremento sustancial, pasando del 8.4% del PIB a más del 13%, lo que calificó como el incremento más importante en la historia de México.

 

Adicionalmente a ello, mejora la economía. La actividad económica en México sostiene su avance en el primer trimestre del año con la inflación bien comportada y política monetaria responsable. Se reporta un crecimiento del 4.6 por ciento estacionalizado, con inflación del 2.6 por ciento, que es una evidente mejoría.

 
Si bien no se descartan otros episodios de alta volatilidad durante el segundo trimestre del año, el escenario podría mejorar sustancialmente hacia la segunda mitad del año.

 

 

5. Trump aseguró la nominación republicana.

 
El impresentable aspirante presidencial republicano ha asegurado prácticamente la candidatura de su partido; lo que no debía suceder ha sucedido y el enojo de buena parte del electorado norteamericano por los efectos de esa gran crisis global de hace ocho años se estaría materializando de la peor manera.

 

La elección presidencial norteamericana se aproxima al paradigma del "choque de trenes" entre dos perspectivas distintas de entender al mundo y a la historia. Los aislacionistas, que siempre han existido, estarían representados por Donald Trump; en tanto que la otra corriente, la de los globalistas, que son responsables ante el mundo y su desarrollo, que suelen ver aliados más que intereses, habrán de quedar en el lado de Hillary Clinton, la más viable aspirante del Partido Demócrata.

 

La declinación del senador Ted Cruz prácticamente define los escenarios. Lo que resta habrá de ser mero trámite y en noviembre, el mundo está asistiendo a una elección galvanizada y polarizada entre la razón y la intolerancia.

 

Ahora es cuando cuentan los careos. Sin duda el mundo estará atento, conteniendo el aliento, para que en la democracia sea posible detener a un trastornado que podría arribar al poder, como otros tantos lo hicieron en la década de los treinta del pasado Siglo XX.

 

Por lo pronto, las encuestas de la elección general siguen apuntando hacia una victoria del Partido Demócrata, en donde Clinton podría ganar con el 47 por ciento de los votos frente a un 40 por ciento del inefable Trump. Nunca como ahora podrían ser una medición de la esperanza, pues como se ha dicho, Trump podría ser un peligro para el mundo.

 

 

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