Como en Caracas, acusa Dilma golpe derechista

Foto Especial

Ante la ejecución de un posible juicio político la presidenta brasileña Dilma Rousseff, al igual que su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, acusó a la oposición de intentar asestarle "un golpe político" por medio de un litigio sin fundamentos.

"Lo que está en cuestión en impeachment (juicio político) son las cuentas públicas de 2015, pero ni siquiera han sido presentadas ¿Qué caso es ese?. Es un proceso golpista que no va acorde con la trayectoria democrática del país", afirmó la mandataria en sus primeras declaraciones públicas tras perder el apoyo de su principal socio de coalición en el gobierno.

Dilma, quien es señalada por haber realizado malos manejos en la contabilidad del Estado aseguró que el impeachment no concuerda con la tradición democrática de la nación brasileña y aseguró que "no va haber golpe".

"Respetamos los derechos del pueblo brasileño y uno de ellos es la democracia. No cayó del cielo la democracia en Brasil, fue conquistada con mucho empeño y gran participación de todos los brasileños que durante años resistimos, metabolizamos y engullimos la dictadura", insistió Rousseff. Hace tres meses, Maduro afirmó que la derrota electoral que sufrió en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en Venezuela fue un intento de desestabilización política.

"Esa derecha sólo se prepara para mantener su modelo de desestabilización y golpe de estado continuado utilizando la Constitución", sostuvo el jefe del Ejecutivo tras conocer los resultados electorales que favorecieron a la oposición.

Ambos presidentes aseguran que las crisis de sus gobiernos no se deben a malas gestiones económicas o políticas sino a un movimiento interno orquestado por las fracciones conservadoras pro imperialistas que intentan impedir el avance de la izquierda latinoamericana.

Rousseff dijo que los que alientan la crisis política están dañando la economía, y aseveró que no cortará en gasto social pese a la recesión y el déficit.

"Los que quieren interrumpir el mandato legal serán los responsables de retrasar la recuperación económica y del empleo", aseveró Rousseff, en un discurso en el que aseguró que su Gobierno y el del ex presidente Lula fueron los únicos que lucharon por la inclusión social.

Por su parte. el presidente venezolano ha hecho lo propio y ha señalado que es la derecha conservadora la que daña la economía y la credibilidad del país y de su gobierno.

Ambos mandatarios enfrentan los peores índices de aprobación en su gestión .

El 69 por ciento de los brasileños desaprueba el Ejecutivo de la presidenta Dilma Rousseff, según una encuesta publicada por el instituto Ibope en plena crisis política.

En Venezuela el 85 por ciento rechaza la gestión de Maduro y lo culpa de la crisis de violencia y escasez de alimento, detalló una encuesta de Datacorp Los escándalos de corrupción que han azotado al gubernamental Partido de los Trabajadores (PT), la fragilidad política para aprobar reformas en el Parlamento y la acelerada contracción de la economía, que debe contraerse un 3.5 por ciento este año, han erosionado la imagen de Rousseff en las encuestas desde diciembre de 2014.