Insuficiente, la ayuda en invierno para refugiados en Líbano
Foto: Archivo AP
Los inmigrantes temen por la llegada del invierno en Líbano, y Mohamed Al Baker da testimonio de ello, quien señaló que aguarda con aprensión la llegada del invierno, que años pasados convirtió en un pantano el suelo de la barraca en la que vive en el Valle de la Becá (Líbano) y dejó a él, la esposa y los ocho hijos enfermos por un largo período.
Sólo cuatro capas de lona separan la tierra y el viejo tapiz en la pieza que hace de salón del hogar improvisado, erigido con restos de materiales encontrados en las cercanías.
Así suelen hacer los miles de refugiados que pueblan ahora esa región cercana a la frontera con Siria, donde la temperatura puede llegar a los 15 grados bajo cero en invierno y la nieve no es excepción.
Las paredes de la barraca de Al Baker mezclan placas de zinc y lonas tendidas en pilastras de madera que sirven de sustentación para el techo de lona, fijado por neumáticos desechados, trozos de ladrillo y sacos de arena.
"Hay días en que parece que todo se va a volar o caer sobre nuestras cabezas. El frío se nos entra en los huesos. Tenemos unas mantas que hemos ganado hace dos años. Para dormir, nos cerramos bien unos contra los otros", cuenta el padre de familia, originario de Raqa.
Luego de cuatro años en el exilio, los ahorros de la familia se han agotado y durante el invierno no hay trabajo en el campo de ajo vecino al campamento. Desplazarse más lejos supone someterse al riesgo de ser parado sin papeles en alguno de los muchos puestos de control del ejército, por lo que la familia depende exclusivamente de la caridad.
Al Baker afirma que no tuvo condiciones de pagar por el combustible que necesitaba para calentar el hogar el pasado invierno.
El dato
Según el último balance de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados (Acnur), 975 mil refugiados sirios residentes en Líbano necesitarán ayuda para enfrentar el invierno este año.
No obstante, sólo las 750 mil personas más vulnerables recibirán apoyo financiero del organismo internacional -entre 100 y 147 dólares al mes por familia- para adquirir combustible durante los cuatro meses de invierno. El número de beneficiados aumentó al doble con respecto a 2014, pero sigue siendo insuficiente.
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