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Asesores extranjeros común en el Gobierno Mexicano



CIUDAD DE MÉXICO.-  Durante la campaña política para llegar a la Presidencia de México, en 1946, Miguel Alemán Valdés conoció en un aserradero refundido en la selva de Chetumal al capataz Rogerio de la Selva. Era un nicaragüense que a la hora de los discursos dejó con la boca abierta al candidato priista, quien no dudó en jalarlo a su equipo como asesor.
De la Selva había sido el encargado de darle la bienvenida a Alemán en aquella tierra que aún no alcanzaba la denominación de estado y era simplemente uno de los territorios del México de mediados del siglo XX.
La verborrea de Rogerio de la Selva cautivó al político veracruzano que de inmediato lo sumó a su grupo, primero como un consejero y cuando Alemán fue presidente de México como su secretario privado.
El escritor y ex vicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez Mercado contó en algunos textos que publicó, que el asesor nicaragüense de Alemán llegó a tener tanta ascendencia sobre el mandatario mexicano que como secretario privado tuvo "poderes plenipotenciarios de quitar y poner".
Este hecho de la historia política del México del siglo pasado muestra que la presencia de asesores extranjeros en los gobiernos de México no es una novedad, no obstante que antes se apelaba aún más que ahora al nacionalismo.
Otros ejemplos de asesores extranjeros, que en algunos casos terminaron naturalizándose mexicanos se pudieron ver en los gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, o incluso en gobiernos locales como el de Andrés Manuel López Obrador, cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México o Fidel Herrera en Veracruz, o más recientemente el presidente electo de México, Enrique Peña Nieto o el gobernador perredista de Morelos, Graco Ramírez, por mencionar algunos.
Aunque se le vincula más a Carlos Salinas de Gortari, la presencia de Joseph Marie Córdoba Montoya en la política mexicana data de la campaña presidencial de De la Madrid, que gobernó México entre 1982 y 1988.
El francés, que se naturalizó mexicano en 1985, trabajó como asesor del candidato De la Madrid, amparado en la conducción que Salinas hizo en el IEPES del PRI para la campaña. Desde 1979 Córdoba trabajó como profesor del Colegio de México.
Ya naturalizado mexicano,  José Córdoba Montoya trabajó bajó las órdenes de Salinas de Gortari, entonces secretario de Programación y Presupuesto, para después pasar a ser consejero especial de la campaña presidencial de Carlos Salinas. Después fue el poderoso director general del secretariado técnico de gabinetes, equivalente al jefe de la oficina de la Presidencia.
Pero Salinas de Gortari, que gobernó México entre 1988 y 1994 tuvo al menos tres asesores extranjeros clave en su administración.
Uno de ellos fue Jacques Rogozinski Schtulman, en la privatización de empresas paraestatales. El francés naturalizado mexicano ocupó durante la administración de Salinas la coordinación general de la Unidad de Desincorporación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Salinas de Gortari también tuvo ente sus asesores al estadunidense John Womack, el biógrafo de Emiliano Zapata. Womack fue profesor del ex presidente Salinas en la Universidad de Harvard y a Nom Chomsky. En su libro, México un paso difícil hacia la modernidad, Salinas señala que debido a la moratoria de la deuda externa, no le quedó de otra más que apegarse al neoliberalismo y argumenta que a cambio diseñó con la asesoría de dos de sus maestros progresistas, uno de Harvard y el otro del Massachusetts Institute of Technology (MIT), un programa social maoísta sin precedentes, que fue conocido como Solidaridad. Que es el padre del programa Progresa y el abuelo de Oportunidades.
Desde que Zedillo asumió como presidente de México, el 1 de diciembre de 1994, el subcomandante Marcos acusó a la administración zedillista de tener asesores militares, tanto de Estados Unidos, como de Guatemala, específicamente del grupo llamado kaibiles, que entrenaba a militares mexicanos para derrotar al EZLN y de los profesores de la Escuela de Las Américas.
Vicente Fox utilizó los servicios de al menos tres asesores extranjeros. El peruano Hernando de Soto, el estadunidense Rob Allyn y el brasileño Roberto Mangabeira.
La biografía oficial de De Soto dice: "El presidente mexicano Vicente Fox buscó a De Soto para que lo ayudara cuando era gobernador del estado de Guanajuato, y hoy en día de Soto está trabajando con el gobierno de Fox en reformas de derechos de propiedad".
Por lo que hace del estadunidense, se establece en su autobiografía que tituló La revolución de la esperanza, que los consejos que Allyn le dio a Fox durante la campaña política fueron más allá del día de la elección. Así lo revelan detalles como que Allyn conoció antes que nadie el tema del desa-fuero a López Obrador, en 2005.

Caso Giuliani

En la misma época en que Fox era asesorado por el brasileño Roberto Mangabeira, quien fue profesor del presidente de Estados Unidos Barak Obama, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a través de la Secretaría de Seguridad Pública, encabezada por Marcelo Ebrard, contrató los servicios del ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, creador del programa Cero Tolerancia.
El presidente Felipe Calderón contó con los servicios como asesor en seguridad de Joaquín Villalobos. El salvadoreño fue uno de los cinco comandantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador, que muchos años antes ya se había apersonado en México.
Hay información que apunta que en 1994, ante el surgimiento del EZLN, el ex guerrillero salvadoreño asesoró al gobierno de México con un plan contrainsurgente.
En la administración de Calderón, Villalobos se presentó como consultor para la resolución de conflictos internacionales y en más de una ocasión apareció en la escena pública justificando la estrategia que el gobierno de Calderón siguió en la lucha contra las drogas.
Tanto fue la colaboración de Villalobos con Calderón que llegó a publicar un texto tituladoDoce mitos de la guerra contra el narco. Villalobos ha colaborado en distintos momentos con varias administraciones públicas en México.
El año pasado Marcelo Ebrard, jefe de la Ciudad de México, contrató al ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus como asesor en seguridad.
A la lista de asesores extranjeros que han venido a México, se sumaron este año el colombiano Óscar Naranjo, conocido como el mejor policía del mundo. Lo hizo con al equipo del presidente electo de México, Enrique Peña Nieto. Y el juez Baltasar Garzón, que asesorará al nuevo gobernador del estado de Morelos, Graco Ramírez.
Peña Nieto presentó al general Naranjo durante su campaña presidencial, anunciando que de ganar la elección (como sucedió el 1 de julio pasado), el colombiano sería un asesor externo en seguridad, dada la experiencia exitosa que tuvo en Colombia.
A su vez, Graco Ramírez anunció que el ex juez Garzón, que llevó ante la justicia al ex dictador chileno Augusto Pinochet, había aceptado firmar un convenio con el gobierno de Morelos para ayudar a la creación de la Ley de Apoyo a Víctimas de Morelos.
Otro veracruzano que echó mano de asesoría extranjera, como lo hizo Miguel Alemán, fue Fidel Herrera. Cuando fue gobernador contrató los sevicios del argentino Ricardo Cuenca, un especialista en tejido social.(medios)