Acapulco, pan y circo

Por: Nelson García

Cambio Air Shoooow, Ficaaaa, Wisin y Yandel, premios TeleHit, lucha AAA, Alejandro Fernández por un Tianguis Turísticoooo que tengaaaa!!!

Cuando el gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero, se quedó mudo con el despojo que hicieron a Acapulco del Tianguis Turístico tenía ya planeado la negociación que haría con el gobierno federal  como muestra de aceptación o moneda de cambio por el Tianguis.

En el puente vacacional que concluyó este lunes se observó el precio que el mandatario guerrerense negoció por mantener su silencio ante el despojo.

Sin fin de actividades que si bien son entretenidas no tienen comparación con lo que les quitaron y es que una cosa era el Tianguis Turístico de Acapulco que nació con la finalidad de potenciar la imagen de México como destino turístico y de presentar modalidades de ocio vacacional diferentes al tradicional turismo de "sol y playa".

Para ello, se reunían tour-operadores, agencias de viaje, cadenas hoteleras, restaurantes e instituciones turísticas mexicanas donde se ofrecía la oportunidad de mostrar su oferta turística y de dar a conocer la riqueza cultural y paisajística del país a nivel internacional.

Una cosa muy diferente es que el gobierno del estado de guerrero (uno de los mas pobres en la república, por cierto invierta en espectáculos que son mas localistas y populistas y que solo sirven de válvula de escape para la ya harta sociedad acapulqueña.

Fiel a su formación priísta el gobernador solo trata de entretener y de distraer de los problemas de fondo que tiene Guerrero, es decir como en la antigua Roma «Panem et circenses» (pan y circo).

Es una locución latina peyorativa de uso actual que describe la práctica de un gobierno que, para mantener tranquila a la población u ocultar hechos controvertidos, (un escandaloso y vergonzoso nepotismo, políticas en salud, procuración de justicia y educación erradas; esto  por politizar temas que son sociales. Esto claro por el afán protagonistas de los secretarios en función) provee  a las masas de alimento (esto no se concreta aquí) y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas.

¿Que beneficio trajo esto a Acapulco?, que no sea que la población local por primera vez en mucho tiempo, salió a pasear aprovechando el montón para sentirse más segura, por que de seguridad es de lo que se ha carecido en el puerto. Vale entonces preguntar si valió la pena el canje, más allá de los números alegres que se manejaran al término de este "buen fin" que por cierto fue una estafa, pero eso es otra historia.

En fin pan y circo para el pueblo programas, ideas soluciones de fondo esas esas pueden esperar asta el próximo buen fin. Que tristeza.