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Se acabó la fiesta en todo Acapulco


ACAPULCO, Gro.- Las noches de fiestas en Acapulco eran reconocidas en casi todo el mundo. La diversión en discotecas, bares, restaurantes, cantinas y tabledance eran cotidianas.

Juan -nombre ficticio de un ex empleado de una discoteca que en algún momento estuvo sobre la Costera Miguel Alemán-, cuenta cómo las noches se volvieron peligrosas, tristes y poco rentables para los empresarios que se dedican al asunto de la diversión.

Por ejemplo, en la discoteca donde trabajaba ya cerró, pero evoca la última gran noche: en la Semana Santa de 2010. Dice que durante toda esa noche entraron casi 6 mil personas y se consumieron más de 20 cajas de whisky Etiqueta Roja. Esa vez, asegura, se rompió un récord en asistencia. Esas noches no han vuelto. Narra que en las últimas noches en que la discoteca estuvo abierta hubo ocasiones en las que apenas llegaron 40 parroquianos.

Así, los que sufren esta situación son precisamente los trabajadores: en la etapa más álgida de la violencia, los días de descanso obligatorio y sin goce de sueldo los dejaba con el salario de tres días por semana.

-¿Con 40 clientes la disco era rentable?

-Claro que no. La discoteca comenzó a deber luz, el teléfono, las compras se redujeron, los pagos de los empleados se atrasaron, hasta que la cerraron.

Si alguien que conoce la Costera Miguel Alemán, esa es precisamente Laura Caballero: su familia ha tenido negocios en ese lugar desde hace 45 años. Recuerda que no se daba abasto para atender los negocios, ahora, le sobra tiempo.

"Yo ahora ando muy activa en varios temas, sobre todo sociales que están afectando Acapulco, antes no tenía tiempo para hacerlo por atender los negocios", dice.

Laura precisa que su familia llegó a tener hasta ocho negocios sobre la Costera, ahora sólo tiene uno que, ante la ausencia de turistas, está luchando por mantener.

Uno de los cambios que ha notado la comerciante es la fisonomía de la Costera, cómo se ha ido llenando de Oxxos, taquerías y bares. Una de las causas del deterioro, dice, es la violencia, pero también el descuido que tuvo Acapulco como destino turístico.

En los últimos días, los choferes y transportistas han vivido acosados por el crimen organizado. En distintas ocasiones han parado el servicio como una medida de seguridad y como una forma de protesta.

Y no es para menos: no solo los están extorsionando, sino también asesinando.

El último asesinato contra un transportista fue el viernes en la colonia Jardín Mangos, al poniente del puerto. El dirigente transportista, Nabor de La Paz, fue encontrado muerto en la cajuela de un auto.
Eran las 10:30 de la mañana, según el reporte policiaco, en la calle Colorines de la colonia Jardín Mango, en la cajuela de un auto se encontraba el cuerpo de un hombre que tenía varios impactos de bala junto con un mensaje. Nabor de la Paz era dirigente transportista en la zona poniente de Acapulco de taxis colectivos y urbanos.

En los últimos días, los choferes de camiones de las rutas Base-Caleta y Costera-Renacimiento y Zapata pararon en varias ocasiones para exigir frenar la violencia en su contra por parte de grupos delictivos. Los choferes denunciaron que han sido amenazados además de que les cobran cuota.

Días después también suspendieron el servicio los transportistas que van a las colonias del poniente, Jardín, Pie de la Cuestas y otras que van a colonias urbanas como Mozimba y rutas que van a las calles 13, 15 y 18.

Desde el inicio de esta disputa en Acapulco, uno de los sectores más vulnerados por el crimen organizado fueron los transportistas, sobre todo los de las rutas de la periferia de la ciudad, como los que van al Coloso, a la Colosio, a Renacimiento, a la Zapata, a la Vacacional y algunas más. Muchos de estos taxistas que murieron fueron utilizados como carne de cañón para mandar mensajes a rivales o para pasar droga de un punto de la ciudad a otro. Pero también fueron ejecutados por participar como halcones de una de las bandas que habitan en el puerto.

Una vez una taxista me contó cómo trabajan en medio de los criminales.
"Mira, para qué te voy a engañar, les dan su lana y ahí andan de p....jos".
Fuente: El universal