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Elvia, nazarena que pide por la salud de su familia

Elvia Pacheco Aguirre tiene 48 años, es madre, abuela y ama de casa. Desde hace tres años cumple la promesa que le hizo al Santo Señor de la Cuevita para agradecerle y pedirle por la salud de su madre y esposo, quienes están enfermos. Es una de las pocas nazarenas que participan en esta tradición generalmente masculina.

A lo largo del recorrido la acompañan sus sobrinos y nietos, a quienes ha apoyado en ocasiones anteriores durante el cumplimiento de la manda; año con año ellos cargan cruces de alrededor de 90 kilos.

Sin detener el paso sobre la calle Ignacio Comonfort de la colonia Asunción, la familia Pacheco Aguirre trota, a la mayor velocidad que sus pies descalzos les permiten, los 10 kilómetros tradicionales del recorrido de los nazarenos por los ocho barrios originarios de Iztapalapa.

Elvia, vestida en color blanco y morado, con curaciones en los pies debido a las ámpulas que el pavimento caliente le provocó y en su hombro una cruz mediana de madera que le prestaron para cumplir su promesa, misma que a diferencia de todas las demás no arrastra tras su paso, avanza hacia el Cerro de la Estrella como lo ha hecho desde hace tres años en Semana Santa.

Se le escucha agitada y apenas consigue dar suspiros breves para contestar, el sudor resbala desde su cabellera oscura con algunas canas notables hasta su cuello lleno de pecas de donde también cuelgan un par de rosarios y colguijes con motivos religiosos.

Elvia confiesa que no se preparó físicamente para el maratónico recorrido; sin embargo, la fe es la que mueve sus piernas hasta la cima del cerro, destino final de la procesión.

"Ser de Iztapalapa es un orgullo ya que tenemos la oportunidad de agradecerle a Dios y al Señor de la Cuevita por un día más de vida", agregó mientras continuaba caminando.

El recorrido de la familia Pacheco Aguirre inició a las 7:00 horas; tienen planeado llegar al Cerro y así, con la bendición de Dios, regresar a su casa para abrazar a sus seres queridos y compartir con ellos las celebraciones de la Semana Santa en Iztapalapa, es por eso que Elvia y su familia no detienen nunca su paso que es constante y tenaz.

Luego de bajar el cuerpo de Jesús, comenzó el descenso y regreso a la plaza cívica, donde se entrega el cuerpo del Cristo a su madre, la Virgen María, que este año fue representada por Zaira Vargas, de 19 años de edad y que en la actualidad es misionera y estudiante de la carrera de enfermería.

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