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Eliminar los plurinominales, un revés a la democracia

Por: Rene Vargas Pineda
 
El sistema electoral en México es un sistema mixto que combina dos sistemas: el primero es de mayoría relativa cuyas características principales son la división del territorio en distritos uninominales, los cuales para ganarse se necesita de una mayoría simple, es decir, quien tenga más votos es quien ganaEl segundo, es el sistema de representación proporcional y en este se eligen a través de circunscripciones plurinominales, de ahí, el mote "pluri" de aquellas diputaciones y senadurías elegidas a través de este sistema, el cual tiene como objetivo equilibrar la integración de ambas Cámaras Legislativas en función al número de votos obtenidos por partido.

La historia de este sistema mixto se remonta a la reforma electoral de 1977, la cual incorporó a la Cámara de Diputados 100 escaños elegidos bajo elsistema de representación proporcional. Para 1986, una nueva reforma, duplicó el número de los diputados plurinominales, integrando la Cámara con 500 legisladores, 300 de mayoría y 200 plurinominales, como actualmente se encuentra. 


La evolución del sistema político y del sistema electoral a partir de 1977, vino a dar resultados dos décadas después, en 1997, año en que se desarrolló la elección de Diputados y cuyos resultados generaron que por vez primera, ningún partido obtuviese la mayoría absoluta en la Cámara y con ello, llegaba a sus límites el sistema de partido hegemónico, inaugurando una integración plural que hoy a veinte años sigue prevaleciendo. Pero es importante señalar que a esta elección, precedió la reforma electoral de 1996, que ciudadanizó y otorgó autonomía a los órganos electorales tanto administrativos como jurisdiccionales, así como también, incorporó 32 senadores elegidos por la vía plurinominal.


Sin duda, el sistema de representación proporcional ha sido un elemento central para alcanzar la pluralidad en la integración del poder legislativo,porque ha permitido que las minorías, aun no ganando distritos uninominales, puedan estar representadas en las Cámaras. 

En este contexto, si el sistema electoral fuese solo de mayoría relativa, el control de la Cámara de Diputados seguiría en manos un solo partido. En este supuesto, la gráfica 1 muestra que el PRI tendría la mayoría absoluta en dicha Cámara, puesto que ha ganado más de la mitad de los distritos uninominales

Es más, rematándonos a la elección de 1997 cuyo significado es crucial para la democracia, el PRI hubiese tenido el 55% de la Cámara al haber ganado en 165 distritos, pero en la distribución de las pluris solo alcanzó 74 diputaciones más, para dar un total de 239 escaños, que representaron el 48% de los 500 diputados. Esto marcó el momento en que culminó la hegemonía de partido. 

En este mismo sentido de comparación, la gráfica 2 muestra el porcentaje de la representación de los partidos en la Cámara de Diputados bajo el actual sistema mixto. Nótese cómo en el año 2009, al incluir los diputados plurinominales, el porcentaje de representación del PRI en la Cámara, pasa de 61.3% (si solo fuese un sistema de mayoría) a 47.4% con el sistema electoral mixto. Esta misma relación se da en 2012, de 54.7% a 42.6%, y en el año 2012 de 51.7% a 40.6%. Ahora, nótese que para el PAN, el PRD y los demás partidos, al introducir la asignación de plurinominales, aumentan considerablemente su representación, haciendo una composición plural, donde ningún partido por sí mismo tiene mayoría absoluta en dicha Cámara.

Hasta aquí el análisis sobre los bondades del sistema de representación proporcional. Ahora bien, el debate sobre las propuestas de eliminar o disminuir los plurinominales –tema que no es nuevo, porque se ha venido dando desde hace varios años-, debe estar basado en un análisis de la evolución del sistema político de las últimas dos décadas. De inicio, la propuesta de eliminarlos, es totalmente inviable porque sabe más a una trampa que una iniciativa seria, y ello significaría una involución.  

Por su parte, la propuesta de disminuir el número de pluris puede tener un mejor futuro, pero el debate tiene que ir más allá, fundamentalmente, en lograr que el sistema de representación proporcional sea más funcional, es decir, que combinado con el de mayoría relativa puedan expresar un fiel equilibrio entre el número de votos y escaños. Por ejemplo, en 2015, el PRI con el 31.6% de la votación, obtuvo un número de diputados que representan el 40.6% de total de la Cámara; el PAN con el 22.8% de la votación tiene el 21.8% del total de diputados; el PRD con el 11.7% de la votación tiene el 12.2% de la Cámara; y los otros partidos en conjunto suman una votación equivalente al 33.9% y sólo tienen el 25.4% del total de legisladores. Por tanto, lo que se tiene que analizar y debatir, no solo es la disminución de los plurinominales, sino el diseño una la fórmula para la asignación de curules que recobre el espíritu de equilibrio. 

Por último, eliminar los plurinominales sería un grave retroceso para la incipiente democracia mexicana, significaría volver cuarenta años atrás,pues el sistema de representación proporcional ha permitido que en estos últimos veinte años, el poder legislativo tenga como característica una integración plural, otorgando representatividad a las minorías. Por tanto, esta propuesta solo beneficiará a los tres partidos grandes, y se creará un sistema donde las minorías no tendrán representatividad ni cabida. Todo esto quiere decir que se estaría configurando un nuevo sistema de partido hegemónico

Si la idea de los partidos es recobrar legitimidad y confianza de la sociedad, esta será la peor formaLo que deben hacer es construir gobiernos que resuelvan los grandes problemas del país y que mejoren las condiciones de vida del ciudadano.