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Iglesia alza su voz con un “¡Basta ya!”


Ciudad de México.-  Así como lo han repetido y sentido muchos mexicanos, los obispos de México también se unieron al hartazgo por el incremento de la violencia y alzaron su voz con un "¡Basta ya!". A unas horas de enfrentarse a la trágica noticia del asesinato del sacerdote Gregorio López Gorostieta, en Guerrero, la Conferencia del Episcopado Mexicano(CEM), además de exigir a las autoridades el esclarecimiento y justicia de esta muerte, también expresó que  "no queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desaparecidos".

El pasado jueves fue localizado por la tarde, cerca de Ciudad Altamirano, el cuerpo de López con un impacto de bala en la cabeza, quien estaba reportado como desaparecido desde hacía cinco días.

Los representantes de la Iglesia católica en México condenaron este asesinato, el cual consideraron como injusto y violento.

Los obispos de todo el país aseguraron, a través de un comunicado, que mantienen una oración para que la situación de violencia que aqueja a nuestro territorio cambie y "por la conversión de todos los mexicanos, especialmente de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte, y para que todos nos comprometamos a ser agentes en la construcción de un México justo, reconciliado y en paz".

En tan sólo dos años que lleva el sexenio de Enrique Peña Nieto, la Iglesia católica también ha sido víctima de la escalada de violencia, pues en comparación con el pasado gobierno, el de Felipe Calderón, es ciento por ciento más grave, de acuerdo con el Reporte Anual 2014: El riesgo de ser sacerdote en México del Centro Católico Multimedial (CCM).

De 2012 a 2014, ocho sacerdotes han sido asesinados, la mayoría en Guerrero. Con el padre Goyo suman nueve. Apenas hace dos meses fue encontrado en una fosa clandestina de Cocula el padre misionero John Ssenyondo, de origen ugandés, quien trabajaba en la Diócesis de Chilpancingo, Chilapa, Guerrero. Este hallazgo se dio en el contexto de la búsqueda de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Las últimas noticias que había tenido su diócesis era que había asistido a una boda.

El obispo Alejo Zavala recordó que el sacerdote fue privado de su libertad por un grupo armado el 30 de abril de este año, cuando regresaba de la comunidad de Santa Cruz, perteneciente al municipio de Chilapa, en donde había oficiado una misa de matrimonio, según el CCM.

En Guerrero, además de los padres Gregorio López y John Ssenyondo, también fueron asesinados José Ascención Acuña Osorio y Nicolás Carrillo Vargas, chofer del sacerdote José Damián Hernández Veloz, párroco de Ciudad Altamirano.

Según los registros de la CCM, en los últimos dos años, las entidades más peligrosas para el ejercicio sacerdotal en México son Guerrero, Michoacán y Distrito Federal.

Así como los asesinatos contra los jerarcas católicos se han incrementado en un par de años también las amenazas, que han sumado más de 500 y con este número representa un 221% en el alza de las intimidaciones.

Las amenazas que sufren los sacerdotes son por diferentes motivos, que van desde por levantar denuncias contra las autodefensas en Michoacán, por evitar los secuestros y las extorsiones en las zonas de sus diócesis o por la defensa de los migrantes y por la lucha de los derechos de los indígenas.

Ante una comunidad católica amenazada, cada vez más se están uniendo más voces para denunciar los agravios contra la Iglesia y exigir que nunca más un sacerdote vuelva a ser amenazado y menos asesinado.

La Fiscalía de Guerrero inició la averiguación previas, por el delito de homicidio.

 

Fieles dan el último adiós al padreGoyo en Altamirano

La Fiscalía General del Estado (FGE) emitió un comunicado ayer, donde dio a conocer que ya inició la averiguación previa por el delito de homicidio, luego de que se encontró el cuerpo sin vida del sacerdote Gregorio López Gorostieta en la carretera federal Iguala-Ciudad Altamirano, en el paraje llamado Rancho La Cañada.

Al mediodía de ayer, en la Fiscalía Regional de la Zona Norte, con sede en la ciudad de Iguala, el titular de la FGE, Miguel Ángel Godínez Muñoz, se reunió con familiares del religioso, con quienes asumió el compromiso de brindar certidumbre y confianza en el proceso y las investigaciones para detener a los autores del crimen, y para aplicar todo el peso de la ley en contra de los responsables del lamentable hecho.

Una vez hecha la identificación de los restos, se procedió a la entrega del cuerpo a los familiares del padre Gregorio.

De manera previa, la noche del jueves, Godínez Muñoz tuvo un encuentro con el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, a quien informó el avance de la indagatoria ministerial.

La arquidiócesis de Acapulco, Chilpancingo, Tlapa y Ciudad Altamirano condenaron el crimen del sacerdote y exigieron el cese de la violencia en el estado.

Asimismo, sacerdotes de Ciudad Altamirano realizaron una marcha para exigir el esclarecimiento del asesinato del padre Goyo.

Por su parte el sacerdote Gregorio López Jerónimo, de Apatzinagán, Michoacán, señaló que se le recordará a su tocayo en una misa. Culpó al grupo delincuencial Guerreros Unidosde Iguala, de ser los responsables del asesinato de los 43 normalistas desaparecidos, lo cual, señaló, pudo ser la causa de su muerte.

El cuerpo del sacerdote fue trasladado al Servicio Médico Forense de Iguala, de donde salió cerca de las 13:00 horas de regreso a Ciudad Altamirano, donde llegó cerca de las 17:00 horas.

Ahí lo esperaron un grupo de fieles y sacerdotes, quienes lo acompañaron en procesión hasta la Catedral de Altamirano, donde se celebró una misa de cuerpo presente, finalmente los restos del sacerdote fueron trasladados a su pueblo Nanchititla, donde será sepultado la mañana del sábado.

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